miércoles, noviembre 27, 2024
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Cuando debes dejar tus sueños por los sueños de Dios

POR ROSMARIE PÉREZ

Todos en nuestras vidas tenemos sueños que queremos realizar, unos más que otros pueden soñar con cosas bien grandes pero cada quien, sea lo que sea que sueñe, desea en su corazón verlo cumplido.

En cada sueño ponemos nuestro corazón y por supuesto se lo llevamos al Señor para que nos ayude a cumplir eso tan deseado pero nunca le preguntamos si ese sueño a Él le parece bien ó es parte de Su plan para nuestras vidas.

No esperamos Su respuesta porque nos enfrascamos en hacer lo que queremos como queremos sin importarnos nada más que lo que deseamos lograr.

Y más ahora en que vivimos en un mundo en que la prioridad es satisfacer nuestros deseos y sueños sin importar lo que se deba sacrificar y a quienes sacrificamos en el camino.

El problema comienza cuando lo que soñamos no está funcionando, ese negocio tan deseado que por más que luchas no se levanta, te esfuerzas, trabajas como loco o loca 24/7 pero cada día hay más problemas y todo en vez de prosperar va al revés, esa pareja resultó que no era lo que esperabas y ahora sufres padeciendo una relación difícil por llamarlo de alguna manera, ese puesto en la compañía que hiciste todo tú esfuerzo para conseguirlo y no lo pudiste lograr, sea lo que sea en que has puesto todas tus fuerzas y por más que lo intentas no resulta entonces es hora que busques intimidad con el Señor.

Es en la intimidad con Él que podemos descubrir lo que Él ha soñado para nuestras vidas, para que fuimos creados y cual es nuestro propósito, pero al buscar estas respuestas quizás la respuestas te dejen completamente con la boca abierta, por decirlo de alguna manera.

Al conocer lo que Dios tiene para ti de seguro que tendrás que tomar decisiones y dejar muchas cosas pero lo más difícil será, sacrificar tus sueños propios para poder cumplir los de Él, dice la Palabra que Sus caminos y pensamientos son mayores que los nuestros Isaías 55:8-9.

Cuando tienes ó quieres algo que Dios no quiere para tú vida, no importará todo el esfuerzo que hagas para conseguirlo, nada funcionará o simplemente Él no lo hará de la manera que esperas porque ese sueño que tienes no es lo que Dios quiere y si ya el Señor tiene un sueño para ti nunca te ayudará hacer el tuyo, por fuerte que esto se escuche.

Con esto no quiero decir que esto se aplicará en todos los casos en que las cosas te estén saliendo mal, por eso mencioné que si estás pasando por la situación que te estoy mencionando ó en algo parecido, es determinante que busques intimidad con Él.

El llevar un Sueño de Dios no es fácil porque primero El te va a pasar por el fuego antes de entregártelo, cargar un sueño de Dios hará que muchos hermanos en la Fe te odien sin razón, el llevar un sueño de Dios conlleva el sacrificio de dejar tú vida y tus planes por los de Él y eso solo es fácil decirlo pero muy difícil hacerlo, por eso hay tantos que solo se quedan en el camino.

Llevar un sueño de Dios es negarse así mismo y hacer lo que Él le agrada, es morir a tus propios planes y sueños para hacer los de Él, requiere determinación, persistencia, una Fe que solo Él te la dará, de vencer los peores obstáculos y entrar en una zona en donde aunque no veas nada sabes que lo lograrás solo porque Él está ahí contigo.

Llevar un sueño de Dios requiere sacrificio de obedecer aún cuando tú carne te duele pidiéndote que lo sueltes, llevar este sueño es ir contra lo imposible y caminar de su mano confiando que lo que quedó atrás tenía que irse y seguir caminando con la Esperanza de que lo verás cumplido.

No, no es fácil decirle adiós a tus sueños, cerrar nuevamente quizás otro proyecto que no pudiste abrir simplemente porque el dijo que no, que ahí no es, que El tiene algo mejor delante de ti y que si confías y obedeces lo podrás ver.

No es fácil lidiar con pérdidas y cuestionantes y volver a empezar quizás una, dos… tres veces… y más …

Pero lo que si te aseguro que el que te prometió cumplir un sueño contigo lo va a cumplir por difícil que se vea todo..

Los sueños de Dios son Grandes, tan Grandes que pensarás inmediatamente, esto va hacer imposible, no estoy lo suficientemente capacitado/a, no tengo el conocimiento ni los atributos, no vengo de una familia con esas características, yo no tengo lo necesario, le responderás como una vez le respondió Moisés al Señor » Ay, Señor! nunca he sido hombre de fácil palabra, ni antes, ni desde que tú hablas a tú siervo; porque soy tardo en el habla y torpe de lengua.» , Éxodo 4:10.

Así como Moisés quizás hoy estés dando excusas al Señor para no hacer lo que Él te ha mandado porque el sueño que Dios te está entregando es demasiado Grande pero hoy Él te responde lo que le respondió a Moisés, » Quién dio boca al hombre? Ó quién hizo al mudo y al sordo, al que ve y al ciego? No soy Yo Jehová? Ahora, pues, vé, y yo estaré con tú boca y te enseñaré lo que hayas de hablar. Éxodo 4:11-12

Y obedeció Moisés y fue el único hombre que habló con Dios cara a cara, en esto no se trata lo que nosotros somos sino quien es el que va con nosotros y es el Gran Yo Soy, el que abrió el Mar Rojo.

No tengas miedo de creerle al Señor por algo Grande, búscalo en la intimidad y espera Su dirección, esa es la parte clave de todo esto.

Dios hará lo que Él ha dicho que hará y nada lo podrá detener, claro, tendrás que pasar por el fuego de las pruebas para conseguirlo, serás refinado como el oro, tendrás toda la oposición del mundo, habrán momentos que tendrás deseos de retroceder, hasta creerás que todo fue tú imaginación pero ya para ese momento el Señor habrá hecho tantas cosas grandes en tú vida que las dudas tendrán que huir, hoy el Señor viene a través de este escrito a confirmar lo que ya en tú interior está ardiendo, que el Señor hará algo Grande contigo.

Moisés ya tenía una posición grande, él era el hijo de la hermana de Faraón, lo tenía todo, poder, influencia, comodidad, dinero, podía tener todo lo que quisiera pero había en su interior algo más grande llamándolo, el Dios todo Poderoso tenía algo mucho más grande para él, algo tan Grande que ni el mismo podía imaginarlo.

Moisés fue el hombre que Dios usó para hacer cosas tan Grandes que hasta hoy no se han hecho, fue el hombre que tuvo una intimidad tan grande con Dios que su cara brillaba cuando salía de Su Presencia.

Hoy te invito a buscar al Señor como nunca antes en tú vida y te invito a soñar con Él el sueño que cambiará tú vida y las de naciones completas, Sueña… vuelve a Soñar…pero ahora el Sueño de Dios….

Bendiciones

Rosmarie Pérez.

Éxodo 3:9-10 Reina-Valera 1960

9 El clamor, pues, de los hijos de Israel ha venido delante de mí, y también he visto la opresión con que los egipcios los oprimen.

10 Ven, por tanto, ahora, y te enviaré a Faraón, para que saques de Egipto a mi pueblo, los hijos de Israel.

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