La variación interanual del IMAE en el mes de agosto fue de -7.2 %, 1.6 puntos porcentuales (p.p.) más favorable que el resultado de -8.8 % de julio, y menos negativo que el acumulado de -8.5 % de enero-julio.
• Las medidas monetarias por RD$ 190,000 millones (alrededor del 4 % del PIB) han beneficiado a más de 33 mil empresas y hogares.
• El promedio ponderado de las tasas de interés activas y pasivas de la banca múltiple se han reducido en promedio en 350 y 240 puntos básicos, respectivamente.
• El crédito canalizado al sector privado en moneda nacional se ha expandido en RD$ 95,011.9 millones respecto a septiembre de 2019, equivalente a un crecimiento interanual de 10.1 %.
• La inflación acumulada se situó en 3.12 % para el período enero-agosto.
• El peso dominicano registra una depreciación respecto al dólar estadounidense de 9.4 % en lo que va de año, por debajo del promedio regional, manteniendo una estabilidad relativa del tipo de cambio.
• Las reservas internacionales registran un nivel de US$ 10,489.0 millones al 28 de septiembre, equivalente a un 13.3 % del PIB luego de la reciente emisión de bonos soberanos.
• Los ingresos de remesas alcanzaron un monto total de US$ 5,072.5 millones en los primeros ocho meses del 2020, cifra récord en dicho período en los últimos 10 años.
SANTO DOMINGO, RD.-El Banco Central de la República Dominicana (BCRD), con el interés de mantener debidamente edificados a los agentes económicos y al público en general y como parte de su compromiso con la transparencia y la divulgación oportuna de datos, informa los datos preliminares del comportamiento de la actividad económica al mes de agosto de 2020.
El Indicador Mensual de Actividad Económica (IMAE) correspondiente al mes de agosto 2020 registró una variación interanual de -7.2 %, cifra que refleja una mejoría respecto al -8.8 % observado en el pasado mes de julio y al -8.5 % correspondiente al período enero-julio. Con este resultado se observa que continúa la tendencia hacia la recuperación de la economía dominicana.
Es preciso puntualizar que las dos terceras partes del resultado del IMAE en el mes de agosto (4.9 puntos porcentuales de la variación de -7.2 %) se explica por la contracción en la actividad hoteles, bares y restaurantes, como consecuencia de la ralentización de este sector, el cual ha sido severamente afectado por la pandemia.
Asimismo, cabe destacar que en promedio el gran resto de las actividades económicas exhibe una importante recuperación con respecto al segundo trimestre del año, como se muestra en el gráfico adjunto, tendencia que se espera se mantenga en lo sucesivo a medida que la propagación del virus siga disipándose.
Este comportamiento menos negativo que ha venido mostrando la actividad económica resulta cónsono con el desmonte paulatino de las restricciones para que los sectores productivos no esenciales volvieran a operar a partir de mediados del segundo trimestre del presente año, lo que propició mejoras en el dinamismo de la demanda interna respecto a los primeros meses de la pandemia.
Es relevante considerar que aún se mantienen vigentes algunas de las medidas que resultan necesarias para contener el incremento de los contagios producto del coronavirus, como es el caso del toque de queda que restringe la movilidad y el tránsito y limita los servicios de restaurantes y expendio de bebidas, cuyas incidencias persisten sobre los patrones de producción, inversión y consumo.
Un aspecto a destacar es que las tasas de variación interanual de julio (-8.8 %) y de agosto (-7.2 %) hubiesen sido menos negativas de no haber jugado un rol el efecto estadístico de la base de comparación. Esto último consiste en que, todo lo demás constante, mientras más elevado haya sido el crecimiento en el mes o período de comparación del año anterior, más difícil sería lograr un resultado más favorable en el mismo mes o período actual.
El efecto se puede apreciar de forma más clara en el caso de la actividad construcción, la cual en el trimestre abril-junio de 2019 presentó una tasa interanual de 4.9 %, acelerándose a un promedio de 9.2 % en julio y agosto del pasado año. De no haberse registrado este crecimiento más elevado del sector construcción en la base de comparación, el resultado de esta preponderante actividad hubiese sido superior en julio y agosto del presente año.
El efecto estadístico también se puede ilustrar en términos de la economía en su conjunto. En ese sentido, se observa que en los meses de julio y agosto de 2019 el IMAE registró variaciones de 4.6 % y 4.9 %, respectivamente, aumentando el ritmo de crecimiento con respecto a la tasa interanual de 3.7 % que se verificó en el segundo trimestre del año pasado.
Es importante resaltar que la oportuna implementación coordinada de las políticas fiscal y monetaria en apoyo a los hogares y las empresas en esta desafiante coyuntura, a través de una significativa flexibilización de las condiciones monetarias y una expansión del gasto social, han incidido notablemente para que los efectos de la pandemia sobre la economía no hayan sido más severos, logrando que los resultados agregados de la actividad económica en promedio sean cada vez menos negativos.
Al analizar el detalle del resultado de la economía en el mes de agosto de 2020, se observa que las actividades económicas que presentaron tasas de crecimiento positivas fueron: salud (11.5 %), servicios financieros (9.5 %), agropecuaria (4.4 %), actividades inmobiliarias (2.9 %), comunicaciones (2.3 %) y administración pública (0.8 %).
En contraste, los sectores económicos que se han visto más afectados como consecuencia de la crisis sanitaria en el referido mes son: hoteles, bares y restaurantes (-61.2 %), otros servicios (-12.6 %), transporte y almacenamiento (-8.6 %), comercio (-8.0 %), minería (-7.8 %), construcción (-7.6 %), manufactura local (-4.4 %), zonas francas (-0.8 %), enseñanza (-0.8 %) y energía y agua (-0.1 %).
El desempeño del valor agregado de la actividad agropecuaria durante el período obedece a la continuidad en la producción de alimentos requeridos para satisfacer el consumo de la población en medio de la pandemia. De igual manera, este comportamiento ha estado impulsado por las políticas de apoyo al sector ejecutadas desde el Gobierno Central con el propósito de preservar la cadena de suministros y la soberanía alimentaria del país, entre las cuales se encuentran los programas de asistencia técnica al sector, acuerdos de compra y cobertura de gastos de refrigeración y congelamiento de algunos productos.
En adición, se espera que este sector siga fortaleciéndose tras el anuncio del Gobierno dominicano sobre la creación de un programa de financiamiento para los productores agropecuarios a través del Banco Agrícola por un monto de RD$ 5,000 millones a tasa cero (0.0 %).
En lo que respecta a la construcción, el sector privado ha ido retomando la ejecución de los proyectos de inversión que habían pausado producto de la pandemia, así como diversas obras de infraestructura y de acondicionamiento de vías terrestres por parte del sector público. En este tenor, es importante señalar que hacia adelante se prevé que la actividad construcción será determinante para la consolidación de la recuperación del crecimiento de la economía dominicana, tal como ha demostrado serlo en las fluctuaciones cíclicas históricas, dado su efecto multiplicador evidenciado a través de su gran capacidad de arrastre del resto de las actividades productivas.
Por otro lado, el 1.ero de julio se reanudó las actividades turísticas en el país y se dio formal apertura a las fronteras aéreas y marítimas nacionales, en consonancia con una reducción en las limitaciones en el tráfico aéreo internacional en los países emisores de turistas. A tal efecto, a partir de la referida fecha, la República Dominicana ha recibido 245,447 pasajeros no residentes durante los meses de julio y agosto, totalizando una llegada acumulada de 1,639,538 en los primeros ocho meses del año 2020 para una variación acumulada de -64.8 % en este período.
Ante los desafíos que persisten en el sector turístico y por el alto impacto directo del mismo en el aparato productivo dominicano, se han implementado a nivel nacional protocolos sanitarios de seguridad certificados internacionalmente para toda la industria y para los viajeros que ingresan al país, complementando con incentivos monetarios y fiscales a las empresas del sector, entre otras disposiciones para promover el país como un destino turístico seguro e impulsar la Marca-País. Todas estas medidas se encuentran concebidas dentro del Plan de Recuperación Responsable del Turismo anunciado por el Gobierno dominicano.
En conformidad con lo anterior, el excelentísimo señor Presidente de la República, Luis Abinader, ha reiterado el compromiso con la reactivación económica y la generación de empleos en el marco de sus visitas a varias provincias del país, en las cuales ha aprovechado para dar inicio y seguimiento a proyectos que impulsarán el crecimiento y desarrollo del país.
Entre estos se encuentran el apoyo que dará el Gobierno a la expansión de la oferta turística en la zona de Bahía de las Águilas en Pedernales, incluyendo la construcción de un aeropuerto en la referida provincia. Asimismo, anunció que se harán mejoras en la infraestructura vial en la provincia de Samaná y la construcción de la Autopista del Ámbar que permitirá conectar a Santiago y Puerto Plata en unos 30 minutos.
Asimismo, el Presidente anunció la modernización del puerto de Manzanillo que será el centro de operaciones logísticas en la provincia de Montecristi, así como el programa “Dominicana se Reconstruye”, cuyo propósito es la remodelación de 30,000 viviendas a través de todo el país. Estas medidas contribuirán de forma significativa al fortalecimiento de la confianza y la certidumbre en el futuro económico de la República Dominicana.
Resulta importante destacar que las perspectivas de recuperación del turismo y de la llegada de pasajeros no residentes estarán condicionadas principalmente por la evolución mundial de la pandemia y la disponibilidad eventual de una vacuna efectiva contra el coronavirus, así como al desempeño de las economías en los países emisores. De igual forma se espera que, gracias a la ventaja comparativa que posee el país en cuanto a la baja densidad que presentan sus edificaciones turísticas, junto a las medidas de prevención implementadas que han generado niveles mínimos de contagios en los polos turísticos, se mantenga un camino sostenido hacia la recuperación.
Rol de la Política Monetaria desde el inicio de la pandemia
En vista de los previsibles efectos de la crisis sanitaria sobre la economía nacional, el Banco Central desde finales del mes de marzo ha ido intensificando la postura expansiva de la política monetaria con la reducción de su tasa de referencia en 150 puntos básicos (de 4.50 % a 3.0 %) y poniendo a disposición unos RD$ 190,000 millones (más de 4 % del PIB), a través de un programa de provisión de liquidez que incluye la liberalización de encaje legal (RD$ 30,133 millones), financiamiento a las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (Mipymes) (RD$ 20,681 millones), Repos de corto plazo para las entidades financieras (RD$ 60,000 millones), una ventanilla de liquidez para el turismo, la construcción, la manufactura y las exportaciones (RD$ 20,000 millones) y la creación de una Facilidad de Liquidez Rápida (FLR) por RD$ 60,000 millones, mecanismos que han beneficiado a más de 33 mil hogares y empresas con el objetivo de promover el desarrollo productivo nacional y aliviar las obligaciones financieras de los hogares, factores que se han visto perjudicados por la crisis sanitaria provocada por el COVID-19. En este sentido, la institución monetaria ha complementado estas disposiciones con la provisión de liquidez en moneda extranjera por un monto que asciende a US$ 622.4 millones. Estas medidas representan el mayor plan de recursos diseñado en la región por un Banco Central en el marco de esta pandemia.
Adicionalmente, la implementación oportuna de las medidas de flexibilización monetaria por parte del Banco Central ha contribuido a la mejora de las condiciones financieras, evidenciado en el impulso del crédito privado en moneda nacional, el cual ha aumentado en RD$ 95,011.9 millones respecto a septiembre de 2019, equivalente a una variación relativa de 10.1 %, por encima del crecimiento del PIB nominal.
En términos acumulados, desde enero al 23 de septiembre de 2020 se han canalizado recursos por un monto de RD$ 56,416.4 millones a los sectores productivos, de los cuales RD$ 49,270.5 millones han sido otorgados desde inicios de la pandemia en el mes de marzo. De igual forma, se ha logrado reducir el promedio ponderado de las tasas de interés de la banca múltiple, la activa de 13.28 % en marzo de 2020 a 9.81 % a la fecha y la tasa pasiva de 6.00 % a 3.62 % en igual período.
En cuanto al comportamiento de la inflación, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) registró una variación de 0.78 % en el mes de agosto con respecto a julio de 2020, situando la inflación acumulada del período enero-agosto en 3.12 %. Con este resultado, la inflación interanual medida desde agosto de 2019 hasta agosto de 2020 alcanzó 4.80 %, manteniéndose dentro del rango meta establecido en el programa monetario de 4.0 % ± 1.0 %.
Asimismo, el peso dominicano muestra una tasa de depreciación de 9.4 % en lo que va del año, por debajo del promedio regional y de las principales economías emergentes. La estabilidad relativa del tipo de cambio refleja la participación activa del Banco Central, haciendo uso de las reservas internacionales, lo cual ha contribuido a compensar en gran medida el descalce en el mercado cambiario generado por la desaceleración de las actividades generadoras de divisas, tal como el turismo y las exportaciones de bienes.
Resulta importante puntualizar que, en fecha del 28 de septiembre, las reservas internacionales registran un nivel de US$ 10,489.0 millones equivalente a un 13.3 % del PIB luego de la exitosa colocación reciente de bonos soberanos ascendentes a US$ 3,800 millones. Dicha transacción constituye la más grande de este tipo registrada en Centroamérica y el Caribe, a tasas altamente atractivas, a pesar del contexto adverso provocado por el coronavirus, lo que representa un factor de confianza y con miras a la recuperación económica basado en los fuertes fundamentos macroeconómicos.
Un aspecto positivo a resaltar sobre el flujo de divisas es que por cuarto mes consecutivo las remesas registran tasas de crecimiento interanual positivas desde la declaración oficial de pandemia en marzo 2020 por la propagación del COVID-19, alcanzando una recepción total de US$ 5,072.5 millones durante el período enero-agosto 2020, siendo este el valor acumulado más alto para dicho período en los últimos 10 años, equivalente a un incremento interanual de 7.3 %.
En este sentido, la tendencia positiva registrada por las remesas en el contexto actual responde primordialmente a la mejora relativa reciente en las cifras de empleo de la economía estadounidense y de forma particular a la disminución de la tasa de desempleo de los hispanos residentes en Estados Unidos, así como a la asistencia brindada por el gobierno estadounidense a los hogares, que ha beneficiado a la diáspora dominicana.
Finalmente, se espera que la política monetaria expansiva continúe propiciando condiciones de financiamiento favorables en apoyo a los hogares y sectores claves en la economía, conforme permanezca operando el mecanismo de transmisión de la misma. Además, se prevé que las facilidades de crédito al sector privado, en adición a las medidas fiscales vigentes para mitigar las repercusiones negativas del COVID-19, contribuyan al estímulo de la demanda interna. De tal manera, que se recupere la senda de crecimiento de la economía dominicana en torno a su potencial (5 %) para el cierre del año 2021.
El Banco Central reitera su compromiso de permanecer alerta y dando especial seguimiento a los efectos de esta pandemia para mantenerse adoptando las medidas necesarias que sigan impulsando la actividad económica nacional, preservando los empleos y aliviando la carga financiera de los hogares. La aplicación de estas medidas, junto a la probada resiliencia con la que cuenta la economía dominicana, ayudará a mitigar los efectos negativos derivados de la contingencia sanitaria del COVID-19.