domingo, noviembre 24, 2024
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Kunhardt: ¿despejó el misterio de “enormes monstruos” que atacaban las naves en el espacio?

Por: Emiliano Reyes Espejo
ere.prensa@gmail.com.

-Tuve que aclarar el “misterio” de “monstruos” que atacaban naves de Estados Unidos en el espacio, expuso el físico dominicano Erick Kunhardt. Había que “lidiar” con “enormes engendros” que pernoctaban en el espacio y que al parecer atacaban a las naves y satélites enviados a la atmósfera.

La situación no tenía explicación y causaba alarma y confusión entre científicos de la Administración Nacional de la Aeronáutica y el Espacio (NASA) y el gobierno de Estados Unidos.

Las naves enviadas al espacio regresaban con extraños rasguños, espesos surcos y rayas que daban la impresión de que habían sido atacadas por grandes fieras con garras de acero.

Para aclarar la situación la NASA y el gobierno norteamericano buscaron al doctor Erick Kunhardt. Éste, el “más renombrado científico dominicano de todos los tiempos”, originario de Montecristi, fue contratado para que despeje los arcanos que entrañaba la posible “existencia” de estos extraños seres espaciales.

La misión asignada a Kunhardt, hijo del renombrado médico Juan Enrique Kunhardt, de origen alemán, y de la montecristeña Irma Grullón Rodríguez, contó con un presupuesto millonario “en dólar” y un “laboratorio especial” en la NASA.

Kunhardt refirió que en ese laboratorio solo podía entrar el director de la Agencia, si tenía el consentimiento del científico, y el presidente de Estados Unidos, Ronald Reagan, en el marco de una absoluta confidencialidad.

A este dominicano le tocó también participar en el proyecto “Guerra de las Galaxias”, un plan estratégico del presidente Reagan que el mandatario norteamericano utilizó en la guerra de Irak.

Algunos detalles de estos hechos fueron ofrecidos por el propio Kunhardt, quien era parte del equipo de investigadores de la reputada agencia espacial NASA. Relató sus peripecias científicas en una conferencia magistral que dictó en el antiguo Instituto Dominicano de Tecnología Industrial (INDOTEC) ahora conocido como el IIBI (Instituto de Innovación en Biotecnología e Industria).

Estuvimos allí, conjuntamente con el director del organismo tecnológico, doctor Diógenes Rodríguez Grullón, y otros empleados, entre los impulsores y promotores del programa de “Conferencias Magistrales” que exitosamente propició esta institución, que era entonces un departamento del Banco Central.

Las disertaciones se ofrecían mensualmente y servían para exponer y debatir temas de interés científicos, económicos, tecnológicos, y energéticos, así como otros que contribuyeron al desarrollo del país.

Lo expuesto allí por expertos y personalidades permitieron editar dos libros que recogieron exposiciones que retrataban visiones de una parte de la sociedad en ese momento.

Me tocó como periodista y encargado de Prensa de esta institución, cubrir la exposición que dictó en el salón de conferencias el doctor Kunhardt, quien aprovechó unas vacaciones para realizar su disertación en el país, previa gestión de su hermana Janet Kunhardt que era una de las ejecutivas del INDOTEC.

La exposición del notable científico criollo me impactó, particularmente la parte anecdótica que me resultó casi mágica: el relato sobre la investigación acerca de supuestos “monstruos” que atacaban naves espaciales.

¿Existieron estos monstruos? ¿Qué causaba los “arañazos” con que regresaban las naves a la tierra?.

La investigación del doctor Kunhardt se encargó de establecer la verdad de esta situación.
–Tuve que aclarar estos misterios sobre “enormes monstruos” que atacaban las naves espaciales de Estados Unidos a su regreso a la tierra,-expresó.
Pero, ¿quién es exactamente el doctor Erick Kunhardt? Otro montecristeño, el escritor y periodista Rafael Baldayac, nos dice lo siguiente:

-“Llegué a conocer a Erick desde temprana edad, cada verano venia de vacaciones a su natal Ciudad del Morro a compartir junto a sus padres, el renombrado médico Juan Enrique Kunhardt , de origen alemán, su madre, la montecristeña Irma Grullón Rodriguez y otros tres hermanos”.

“Recuerdo –siguió diciendo-que en una ocasión el doctor Kunhardt (padre) hablaba con orgullo de sus cuatro hijos, dos graduados de médicos, Ruddy y Tania, y Janet en psicología, pero que Erick, siendo el estudiante más joven en la historia de su colegio en Estados Unidos, obtuvo las notas más altas jamás alcanzadas”.

El galeno resaltó la proeza de su hijo Erick en la nación del Norte. “Nos dijo en esa ocasión que allá (en Estados Unidos) se graduó de físico nuclear, trabajó muchos años para la NASA y luego fue asesor del Centro Espacial”.

“Y en verdad este destacado científico con méritos bien ganados en el campo de las ciencias, es el único físico dominicano que ha realizado un programa científico para la NASA”, apunta Baldayac.

Erick se graduó de doctor en Física en la Universidad de Nueva York, profesor en el Polytechnic Institute New York, co-director de Engineering Physics Programs en Texas, y decano de la Facultad de Ciencias y Artes de Stevens Institute en New Jersey. Fue investido “Doctor Honoris Causa” del Institute of Electronics y miembro de la Academia de Ciencias de Rusia.
Igualmente realizó estudios científicos sobre el plasma, que lo llevó a patentizar más de cinco descubrimientos y a fundar sus compañías Plamiun y Plamasol, señaló Baldayac en un trabajo que publicó en Google para informar del fallecimiento del eminente dominicano.
Nace en El Morro eminencia científica.

Detalló que el doctor Erick E. Kunhardt Grullón “nació en Montecristi el 31 de Mayo del 1949, se fue a Estados Unidos en 1956, donde obtuvo un doctorado (Ph.D.) en Electro-física de la Universidad Politécnica y títulos de maestría y de licenciatura de la Universidad de Nueva York.

Se unió por vez primera al cuerpo docente en el 1984, como profesor de electro-física y física y director del Weber Research Institute. Poco antes, había sido profesor de ingeniería eléctrica y física en la universidad Texas Tech, donde una vez recibió el premio a la enseñanza sobresaliente (Outstanding Faculty Teaching Award).

En 1992, recibió un doctorado honorario del Instituto de Electro-física de la Academia Rusa de las Ciencias. También ha recibido numerosos reconocimientos internacionales como el premio “Thomas Edison” en la categoría de patentas, y el premio a la excelencia en investigación científica de la Fundación Halliburton.

Mientras que en octubre del 2006, Kunhardt fue nombrado Preboste (vicerrector académico) de la Universidad Politécnica, a donde llegó procedente del Instituto Tecnológico Stevens, donde era decano de la Escuela Arthur E. Imperatore de Ciencias y Artes, y “Profesor en honor a George Meade Bond” de física.

Más tarde-relata Baldayac- en el Stevens, donde él había trabajado desde 1992, desarrolla su laboratorio de física del plasma, introduciendo la tecno-génesis, consistente en integrar equipos de profesores, estudiantes e industriales para desarrollar y comercializar nuevas tecnologías.

Señaló que la Corporación Stryker compró a PlasmaSol por 17.5 millones de dólares el 30 de diciembre del 2005. Erick Kunhardt quien recibió un doctorado Honoris Causa del Instituto Tecnológico de Santo Domingo (INTEC) en Ciencias en el año 2007, vivía en Long Island, pero nunca recibió un reconocimiento en su pueblo natal. Murió en New York el pasado martes 5 de agosto del 2014 siendo aún profesor de Física Aplicada de la Escuela de Ingenierías del Politécnico de la Universidad de Nueva York.

Sobre los “monstruos”

Kunhardt manifestó en su conferencia en el INDOTEC que en la comunidad científica de la NASA llamaba la atención que las naves que regresan del espacio llegaban con rayas “como si las hubieran atacados monstruos espaciales”. Dijo que había mucha comidilla y se dispuso investigaciones al respecto. Se pudo determinar, sin embargo, que no existían tales seres espaciales que atacaran estas máquinas.

-Pudimos comprobar –significó el científico montecristense- que no existían aquellos monstruos que causaran las ralladuras, realmente estas rayas eran producidas por millones de micro partículas que viajan a velocidades inverosímiles por el espacio sideral.
Explicó que esos micros elementos imperceptibles a la vista humana provocan rasguños con el roce a las naves que se desplazan a altas velocidades.

Al respecto, la escritora y periodista española Yaiza Martínez afirma, citando investigaciones científicas recientes, que “uno de los fenómenos más sorprendentes de las partículas subatómicas es que, según las leyes de la física cuántica, se pueden relacionar entre ellas a distancia de manera instantánea o a velocidades superiores a la de la luz”. Agregó que, incluso, “existen modelos que explican esta relación a partir de señales que se propagan a velocidades supralumínicas”.

No es ciencia ficción. La determinación de las partículas que viajan en el espacio a velocidades inconmensurables, sin que nos percatemos a simple vista, es un hecho real que ha sido tratado por un científico dominicano que ha dejado un legado que pocos conocemos y escasamente enaltecemos.

Gloria eterna a este gran compatriota.

*El autor es periodista

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