Desde hace varios años la comisión del Consejo Regional de Desarrollo (CRD) en torno al desarrollo integral y sustentable de las instituciones deportivas del país, ha venido dado seguimiento al mejor rumbo ético y disciplinario a ser asumido por la Liga Profesional de la República Dominicana (Lidom) y sus equipos Tigres de Licey, Leones del Escogido, Aguilas Cibaeñas, Estrellas Orientales, Toro del Este y Gigantes del Cibao.
Al efecto, el CRD sugiere lineamientos que estima urgente ser implementados por parte de esa institución de cara a los requerimientos que le hace la sociedad dominicana, así como también de los avances éticos y disciplinarios alcanzados por el béisbol y otros deportes a nivel mundial.
En tal sentido, ve que si bien es cierto, que Lidom ha intentado acoplarse a los nuevos tiempos, creando una Comisión de Etica y Disciplina, sin embargo, contempla que la misma en la actualidad se muestra como un organismo de un muy limitado accionar, además de un marco de presencia social y deportiva de muy corto alcance, muy contrario, a la ruta que trató darle su primera dirección, que presidió el Doctor Ysòcrates Peña y que tenía como miembros a los licenciados Vitelio Mejía, José Alberto Ortiz, Andrés Marranzini y Miguel Angel Almanzar.
Entiende pues, que se hace necesario comprender hacia lo interno del organismo rector de la pelota profesional, que su Comisión de Etica y Disciplina, no se trata de un mero tribunal, sino de un organismo principalísimo, que debe trazar lineamientos, pautas y controles a todos los niveles, que incluye sin excepción alguna, a los dueños de equipos, directivos y personal de Lidom, los fanáticos y a todos los actores.
Tras la subsanación de la problemática señalada, sugiere la creación e implementación de un Código Ético y Disciplinario junto a un reglamento operativo de la presidencia de su órgano ético y disciplinario, con la finalidad de sustentar mejores conductas, además, para conducir las diversas estructuras que conforman nuestra pelota profesional hacia la ruta que requiere ser la principal actividad deportiva de las familias dominicanas, a fin de acoplarnos a las Grandes Ligas no sólo en sus técnicas avanzadas, sino también, en el estricta ética y disciplina que ejecuta.
Estima en dicho sentido, que tanto de la Lidom y los dueños de sus equipos, la sociedad dominicana, hoy en día urge de éstos, mejorar sus metas y su vital rol deportivo-social, al requerírsele un accionar que rebase el entusiasmo que despiertan sus equipos en su fanaticada en cada torneo, para así constituir nuestros estadios y nuestros campeonatos, en centros plenamente confiables para la diversión y entretenimiento sano de nuestras familias.
Es su apreciación, que el problema de ésta, debe ir más allá de las buenas intenciones y la forma armoniosa como maneja sus asuntos su actual presidente Vitelio Mejía, por requerir del accionar y de la diáfana mentalidad de las personas que ostentan la dirección de ella y sus equipos.
Visualiza para dichos objetivos, que ha llegado la hora de impulsar sin titubeos la prueba antidopaje, el control del uso del alcohol, etc., en fin de la implementación de un Código Ético y Disciplinario por medio de un equipo de personas que asuman plenamente y con independencia dicha tarea.
Para la comisión de desarrollo de instituciones deportivas del Consejo Regional de Desarrollo (CRD), el logro de tan prioritario objetivo requiere de liderazgo y valentía, junto a la unión de esfuerzos y voluntades, lo cual puede concretizarse por medio de los excelentes recursos humanos que detenta Lidom y los que tiene a su disposición en el seno de la sociedad dominicana, para con ello consagrar la cero tolerancia a las inconductas que afectan nuestro béisbol profesional.
El autor: Tabaré Enriquillo Peña Reyes, coordinador de la Comisión de Desarrollo de Instituciones Deportivas del Consejo Regional de Desarrollo, Inc. (CRD).