Por Dimitris Mamay
Director del Programa de Alimentación Escolar
para América Latina y el Caribe de Tetra Pak.
En Centroamérica un alto porcentaje de la niñez presenta diversos niveles de desnutrición que van de grado moderado a severo.
Está plenamente demostrado que la desnutrición infantil tiene un efecto negativo en el desempeño escolar, la adaptación social y el desarrollo biológico, mental y emocional del niño. Según datos de la de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), aproximadamente 1 de cada 5 niños (22%) sufre de retraso en el crecimiento.
Aunque las deficiencias nutricionales son marcadas en las áreas rurales, también son considerables en las áreas urbanas. Una gran cantidad de los niños que presentan algún grado de desnutrición tiene un elevado riesgo de retardo en tallas y desarrollo de acuerdo con su edad.
El retardo en talla y desarrollo en un escolar de primer grado afecta su potencial físico e intelectual. Esta situación crónica incrementa las posibilidades que un alto porcentaje de estos niños desnutridos, que no han tenido oportunidad de desarrollarse plenamente, abandonen la escuela antes de culminar su educación primaria.
Otro porcentaje -algo menor- abandonará sus estudios antes de haber dado termino a la educación secundaria, trayendo como consecuencia en muchas ocasiones su incorporación a pandillas con el fin de pasar el tiempo de ocio y procurarse un modo de vida.
Tanto en países ricos como en los pobres, muchos niños van a la escuela sin haber desayunado. Investigaciones efectuadas en ambientes distintos, tanto en Suecia como en México, muestran la importancia del desayuno para el bienestar del niño y los resultados escolares. No se debe considerar solo la pregunta de ¿si el niño ha comido?, sino también la pregunta ¿qué ha comido?.
El desayuno debe proporcionar un cuarto de las necesidades diarias de alimentación. Este debe ser rico en proteínas y mantener el contenido del azúcar en la sangre a un nivel uniforme durante la mañana hasta la hora del almuerzo.
El cuerpo de un niño no puede almacenar la cantidad necesaria de energía y de líquido hasta finalizar la jornada escolar, por lo que tiene que tratar de compensar la merma de estos, proporcionando un aporte extra durante las horas de clase o en los recesos escolares.
La leche es un producto alimenticio que contiene nutrientes esenciales para el desarrollo óptimo de los niños. Los niños necesitan una dieta rica en calorías para su desarrollo, y de los nutrientes de la leche la grasa es el que tiene el valor energético más alto. La lactosa en la leche facilita la absorción de los minerales de la leche (magnesio y zinc), así como del calcio.
El calcio no solo es importante para el desarrollo de los dientes y por sus propiedades profilácticas contra las caries, sino que también tiene una gran importancia biológica para los distintos procesos metabólicos y para el desarrollo de los huesos.
Es por lo anteriormente descrito que la leche debe formar parte integral de la alimentación de todo niño en edad escolar.