POR ROSMARIE PÉREZ
Muchas personas creen que rechazándonos nos hacen un mal pero no es así, es la manera que Dios nos dirige al lugar ó con la persona que Él quiere que estemos.
Nosotros humanamente sentimos un dolor muy grande cuando nos rechazan, y muchas veces de una manera poco saludable emocionalmente queremos aferrarnos a esa persona, provocando más dolor en nuestro corazón.
Es doloroso el rechazo, en verdad es muy doloroso, pero más doloroso es rogar por una compañía ó por un amor que solo existe en nosotros y no en la otra persona.
Hoy vemos tantas historias de feminicidios, solo porque hay personas que se aferran a una relación que ya terminó, no queremos aceptar el rechazo aunque somos quizás muy buenos rechazando a otros.
Quiero que trascendamos ese dolor en nuestro interior y seamos libres, entendiendo que es parte de la voluntad de Dios en nuestras vidas para cuidarnos de relaciones, que de Él no intervenir pueden provocar que nuestras vidas sean destruidas, como vemos en muchos casos.
Las personas que en este momento sus vidas fueron destruidas por no poder aceptar el rechazo, no fue porque Dios no quiso ayudarlos sino porque ellos no se dejaron ayudar por Él.
En Génesis 37 en adelante, vemos la historia de José, un joven de apenas 17 años que fue vendido por sus hermanos como esclavo, en realidad sus hermanos querían matarlo pero Dios no se los permitió, sino les permitió que lo vendieran a los ismaelitas y estos los venden como esclavo a un hombre de alto rango en Egipto.
Este rechazo de los hermanos de José fue terriblemente doloroso e injusto pero era la manera que Dios usó para llevar a José al lugar correcto, es decir, Dios lo redirecciono, pareciera algo muy terrible pero necesario porque de lo contrario, José nunca hubiera llegado al puesto de gobernador de Egipto sino le hubiera pasado todo lo que le aconteció.
Muchas veces comenzamos relaciones, trabajos, proyectos sin consultar a Dios, vamos a Él para que nos bendiga pero no para buscar Su guía y es ahí donde comenzamos a fallar, Él conoce lo que va a acontecer en nuestras vidas y sabe muy bien lo que nos va a destruir y es ahí que por amor a nosotros tiene que intervenir.
Lo que le sucedió a José fue muy injusto pero él nunca permitió que su corazón se llenara de odio, en la casa de Potifar hizo su mejor trabajo, que con la ayuda de Dios se volvió en prosperidad y que aunque ahí le levantaron una mentira llevándolo a la cárcel, permanece haciendo lo correcto y dando lo mejor de sí todo el tiempo.
Todo esto pareciera injusticia tras injusticia pero esto era solo Dios empujándolo al propósito, si nada de esto hubiera acontecido entonces él no conoce al copero en la cárcel, por tanto no hubiera sido llevado a Faraón y no hubiera sido gobernador de Egipto, todo esto había sido el plan perfecto de Dios para que cuando llegara el hambre sobre la tierra, José fuera el instrumento que Él iba a usar para alimentar la casa de su padre y a todos sus hermanos para mantenerlos con vida.
Por eso debemos aprender a confiar en Dios, un rechazo no es más que la manera de Él de decirnos; no te quiero en ese trabajo, no te quiero con esa persona, mira sé que es tú familia y la amas, pero ellos no están preparados para estar contigo, te necesito en un lugar lejos de ellos para prepararte para llevarte a una posición de prominencia y que aunque no lo entiendas, más adelante te usaré para bendecir a aquellos que te han rechazado, aquellos que te descalificaron y no vieron nada en ti.
Pero para todo esto debemos imitar a José, el no entendía lo que Dios estaba permitiendo en su vida pero confiaba en Él, se mantuvo fiel a Dios, no dejó dañar su corazón y se mantuvo todo el tiempo haciendo lo correcto y dando lo mejor de él sin esperar retribución.
Confiar en Dios es algo que debemos aprender, es algo que vamos construyendo día a día con fe, podemos leer las palabras de José a sus hermanos en el capítulo 50 de Génesis, ya su padre había muerto y sus hermanos temían que él tomara represalias con ellos, pero la respuesta de José fue,
“…Vosotros pensasteis mal contra mí, mas Dios lo encaminó a bien, para hacer lo que vemos hoy, para mantener en vida a mucho pueblo…”, esta fue la manera que Dios usó para procesar a José y ayudar a su pueblo.
Quizás nos pareciera que los métodos de Dios son dolorosos, pero el dolor nos transforma, nos moldea el carácter y rompe con ataduras emocionales bien arraigadas en nuestro corazón, permitamos a Dios transformar nuestras vidas porque Él quiere lo mejor para cada uno de aquellos que lo buscan con el corazón.
La próxima vez que sufras un rechazo, míralo con nuevos ojos, no te aferres, suelta, dejar ir, que es solo Dios llevándote al lugar correcto, a la posición correcta, ó a la relación correcta, Dios no necesita nada de lo perdido para bendecirte.
Oro al Padre para que sane tú corazón, para que te liberte de toda ligadura emocional y puedas ser libre, quita oh Dios toda ceguera espiritual, ayúdanos a confiar en Tú voluntad, ayúdanos a perdonar, a dejar ir lo que no es nuestro y nos hace daño, ayúdanos a dejar ir a todos aquellos que no quieren estar con nosotros, ayúdanos Padre a amarnos a nosotros mismos, a aceptar nuestras debilidades y fracasos como una parte que solo nos ayuda a ser más humanos, te lo pido en el nombre de Jesús…amén .
Génesis 45: 4-8
Reina-Valera 1960
4 Entonces dijo José a sus hermanos: Acercaos ahora a mí. Y ellos se acercaron. Y él dijo: Yo soy José vuestro hermano, el que vendisteis para Egipto. 5 Ahora, pues, no os entristezcáis, ni os pese de haberme vendido acá; porque para preservación de vida me envió Dios delante de vosotros. 6 Pues ya ha habido dos años de hambre en medio de la tierra, y aún quedan cinco años en los cuales ni habrá arada ni siega. 7 Y Dios me envió delante de vosotros, para preservaros posteridad sobre la tierra, y para daros vida por medio de gran liberación. 8 Así, pues, no me enviasteis acá vosotros, sino Dios, que me ha puesto por padre de Faraón y por señor de toda su casa, y por gobernador en toda la tierra de Egipto.