POR ROSMARIE PÉREZ
Muchas veces sin darnos ni siquiera cuenta, vamos colocando nuestros ojos en personas y cosas.
Y esto va provocando en nosotros ansiedades, afanes ( San Mateo 6:25-34) que pueden terminar en desánimo y cansancio cuando perdemos esa paz que nos regala el Señor.
Es fácil llegar a esta situación, porque al poner la vista en personas y ellas no actuar ó reaccionar como nosotros esperamos ó entendemos, esto provoca en nosotros desilusión y casi siempre esto termina en que perdamos la confianza en las personas y hasta en nosotros mismos.
No entendemos que estas personas también son humanas y tienen debilidades como nosotros y están pasando por procesos que nosotros desconocemos .
Se nos olvida los que nos dice el Señor, que no nos cansemos de hacer el bien.
Otro error que cometemos, es poner también los ojos en las situaciones que enfrentamos y el enemigo de nuestras almas nos comienza a mentir diciéndonos en nuestras mentes que esas situaciones son demasiadas difíciles e imposibles de vencer.
El diablo nos quiere hacer creer que nada de lo que hacemos da resultado, que la espera es para nada, que nada va a cambiar ni tampoco las personas, que nada vale la pena y que mucho menos debemos hacer el bien a otros porque ellos no apreciarán lo que hacemos por ellos.
Si él logra convencerlo en su mente de esto, ha logrado derribarlo, pero recuerde que está en usted levantarse, sacudirse el polvo y volver a luchar.
El Señor Jesús nos advirtió de que en el mundo tendríamos aflicciones pero que confiáramos porque Él lo había vencido y en Él somos más que vencedores.
Otra cosa es cuando colocamos nuestros ojos en nuestro pasado, los errores que cometimos, vivimos recordando que nada funcionó antes y que ahora muchos menos, vivimos culpándonos de lo que sucedió y de lo que dejamos de hacer y esto provoca que caigamos en el piso sin fuerzas.
Si el diablo ha logrado derribarlo con una de estas cosas, no se desanime, solo fue una batalla que perdió, aún queda todo una guerra por delante.
Si usted no entiende esta guerra, yo se lo diré, el enemigo está atrás de robarle su Fe y él sabe cual es su debilidad y la usará sin ningún tipo de remordimiento porque él solo lo quiere ver derribado, desanimado y sin Fe.
Si usted llega a entender quién usted es en Cristo Jesús, él tendrá muchos dolores de cabeza.
En Hebreos 11 , vemos todo un desfile de hombres que caminaron mirando al Invisible, muchos de ellos ni siquiera pudieron ver sus milagros hechos, pero esto no los detuvo, no eran hombres perfectos, tenían debilidades, tenían un pasado, pero nada de esto los detuvo porque ellos entendieron que no se trataba de ellos sino de quien andaba con ellos, del Señor Jesús.
Entienda quien es el que está a su lado, el que le ha prometido que no lo dejará ni lo desamparará.
Así que cuando vuelva a querer bajar los ojos de Jesús, recuerde quien es el que va a su lado y entonces volverá a subir su mirada.
Que no se le olvide la Promesa que el Señor le hizo ó la Visión que le mostró porque El la cumplirá y aunque ahora pueda todo parecerse contrario a lo que Él le prometió se aproxima el tiempo de su cumplimiento.
No desfallezca, quite la mira de lo humano y suba sus ojos y fíjelas en Él, el autor y consumador de nuestra Fe, Nuestro Señor Jesucristo, Él es fiel y cumplirá lo prometido.
Y quiero que recuerde esto, si el enemigo vive recordándole su pasado es porque hay algo muy grande y hermoso en su futuro, no se lo deje robar, no se rinda y luche, use el escudo de la Fe que apaga los dardos de fuego del enemigo y solo la Fe puede mover las manos de Dios a su favor.
Bendiciones.
Rosmarie Pérez
Hebreos 12:1-2Reina-Valera 1960
Puestos los ojos en Jesús
12 Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante,
2 puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.