Por MARCOS DOMINICI B.
Dentro de la jerga popular quizá nos resulte poco conocido el término “Sidocal”. Eso es entendible puesto que el ciudadano común no tiene porqué dominar necesariamente su significado, y aunque no debería, su uso, más bien queda relegado al ámbito industrial, técnico, institucional.
Sin embargo, estos tiempos de globalización nos imponen como sociedad nuevos retos y desafíos y con ello el reto de estar informados.
También nos imponen la necesidad de adaptar nuestro aparato industrial a determinados protocolos de gestión de calidad que solo a través de un estricto cumplimiento de normativas nacionales e internacionales nos permitirán alcanzar los propósitos de productividad y de competitividad de los productos y servicios con vocación exportable que se comercializan en República Dominicana.
El Sistema Dominicano para la Calidad (Sidocal), creado mediante la Ley número 166-12, es la infraestructura oficial, de tipo reguladora que lo hará posible.
Entre sus muchas bondades el Sidocal se encarga de llevar a cabo aquellas actividades que permiten la demostración de la calidad, como la certificación y acreditación, normalización, inspección y ensayo, y metrología, “todas estructuradas de forma lógica y sujetas a una determinada jerarquía técnica y competencias institucionales”.
Reviste de mucha importancia para el país, puesto que garantiza la confiabilidad, inocuidad y seguridad de productos, procesos, sistemas e instalaciones, y permite posicionar mejor nuestros productos y servicios en los mercados internacionales, y asegura la trazabilidad de las mediciones nacionales a patrones de medición primarios, de la mayor exactitud.
La ley del Sidocal crea e integra al Consejo Dominicano para la Calidad (Codoca), como entidad que ejerce la máxima representación y coordinación del sistema.
Crea y organiza, de conformidad con las normas y directrices internacionales, las funciones técnicas del Sidocal en el marco de las competencias de dos instituciones: el Instituto Dominicano para la Calidad (Indocal) y el Organismo Dominicano de Acreditación (ODAC).
Además de proveer servicios técnicos especializados en materia de calidad, su finalidad es proteger la salud de los seres vivos y el medio ambiente, contribuir -como ya dijimos- al fortalecimiento de la competitividad y productividad de las empresas y organizaciones y facilitar el cumplimiento de los compromisos internacionales en materia de evaluación de la conformidad.
Garantiza la confiabilidad, inocuidad y seguridad de productos, procesos, sistemas e instalaciones, y permite posicionar mejor nuestros productos y servicios en los mercados internacionales.
También asegura la trazabilidad de las mediciones nacionales a patrones de medición primarios, de la mayor exactitud.