Por Rosmarie Pérez

Desde hace muchos años he tenido el sentir en mí corazón de querer a alguien a mi lado que aún conociendo mis peores defectos y conociendo mis peores momentos decida quedarse a mí lado, lo que no me di cuenta fue, que siempre lo había tenido a mí lado….

En esta búsqueda complací, hice cosas que no me gustaban solo para que me aceptaran, muchas veces permití en aras de que las cosas fueran en paz, que traspasaran límites que todos debemos establecer de respeto y amor propio, para al final quedar embarrada con los “ no eres lo suficientemente buena “ ó “ los reproches interminables de lo que supuestamente debí ser ó hacer “ que nunca faltaban.

Traté de llenar mis soledades con cosas materiales, interminables compras que siempre al final terminan en peores situaciones, porque van desequilibrando las finanzas….

Quizás el principal problema en estas situaciones comienza en que no nos aceptamos nosotros mismos como somos, porque somos demasiados luchadores, con ideales los cuales defendemos, con espíritu diferente de ser fiel a lo que creemos y aferrados a decir la verdad aunque nos cueste la misma soledad.

En un mundo en el que supuestamente la gente busca sinceridad pero cuando encuentra a alguien diferente que se las dices sin reparos, entonces ufff nos alejamos corriendo diciendo que esa gente tiene problemas!

Con sueños grandes, resistentes a la conformidad y con anhelos de conquistar grandes metas, se nos puede hacer difícil encontrar personas que quieran soñar y acompañarnos en las innumerables caídas y revés que implica intentarlo una y otra vez hasta conseguirlo.

En todos esos procesos nos enfocamos tanto en lo humano, que ni aun siendo seguidores de Cristo y queriendo ser transformados por ese Dios tan maravilloso que en medio de tantas traiciones y rechazos se nos reveló, nos damos cuenta que eso que tanto hemos buscado en nuestro padres, amigos, hermanos, parejas…lo habíamos ya encontrado…..

El amor de Dios…. ese amor tan grande e inigualable que se nos ha entregado por Gracia y sin merecerlo, que está a nuestra disposición 24/7 y que sin importar lo que hayamos hecho no nos deja, no nos abandona y siempre pero siempre está ahí a nuestro lado.

Él ha estado ahí siempre, silenciosamente, cuidándonos y ayudándonos en todo, mostrándonos Su amor y misericordia cada día, sabes cuántas veces te ha dicho y mostrado que te quiere así como eres…?

Nos ha estado llamando con cuerdas de amor inagotables, aún cuando éramos y somos la peor versión de nosotros mismos, no nos abandona, a pesar de tener todo el derecho de condenarnos Su Gracia nos cubre siempre…..

En mí caso yo estaba muy distraída buscando en el mundo ese “ alguien “ que no encontraba, entonces después de tanto buscar y darme por vencida, Su voz me susurró “ siempre he estado aquí aún conociendo todos tus errores y pecados y aún así no me he ido, ese alguien quien dices que buscas SIEMPRE LO HAS TENIDO AQUÍ, he sido Yo”…

Dios está ahí contigo amado lector, no te sigas condenando tú mismo/a, deja de sentirte solo/aún cuando estás en medio de tú familia o amigos porque no lo estás, Él está ahí contigo y siempre lo ha estado aún conociendo tú peor versión, lo que buscas y no encuentras en el mundo sólo lo tiene Dios, vuélvete a Él, Él te Ama así como eres…

Puede que te hayan rechazo innumerables veces, quizás hasta se burlaron de tus sueños y anhelos, o simplemente te hicieron a un lado porque “ no calificabas “ o nunca fuiste lo “ suficiente “ a los ojos de algunas personas, pero si te puedo decir algo que es una gran verdad, tú eres Perfecto/a para los ojos de tú Padre que te ama, que te espera, que cuando caes no te deja que te rindas y te hace levantarte con nuevas fuerzas, que te dice que eres su hijo/ hija y que te espera en la intimidad para enseñarte quién eres en Dios a través de Su Palabra.

No busques más… que ahí mismo a tú lado, donde seas que te encuentres ó en la condición que estés, está quien siempre te amará así mismo como estás….

1 Juan 4:10
Reina-Valera 1960
10 En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados.