Por: Emiliano Reyes Espejo

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El escenario estaba listo. El salón de conferencias lucía repleto de personalidades, pensadores y burócratas del más alto nivel. No se trató de nada planificado, ocurrió de manera fortuita. Se extendió una invitación y allí acudió todo el mundo.

No se previó que ocurriera este memorable debate entre estos dos representantes de la ciencia, ambos dominicanos. El emblemático salón de conferencias del otrora Instituto Dominicano de Tecnología Industrial (INDOTEC) ahora Instituto de Innovación en Biotecnología e Industria (IIBI) sirvió de espacio para que estos dos hombres de ciencia se enfrascaran en amenos y entusiastas “tú me dices yo te digo”, en torno a un tema candente: la producción energética renovable. Cada quien sustentó sus respectivos puntos de vista sobre la transformación “continua” de energía: una latente esperanza de la humanidad.

Pudimos todos los presentes, disfrutar de una lucha “cuerpo a cuerpo” entre dos científicos que se crecían en un “toma y daca”, activados por sus certeros planteamientos. Uno, anclado en el patio cual Quijote local de la energía renovable, y el otro, que se crecía en la más sólida y emblemática agencia de investigación científica y espacial de Estados Unidos, la NASA.

-“En esta esquina, el director de Proyectos Especiales del INDOTEC: Doroteo Rodríguez”. -“En esta otra esquina, el científico montecristense de la NASA: Erick Kunhardt.

Kunhardt, oriundo de Montecristi, expuso acerca de sus investigaciones en la NASA, las fuentes alternas de energía y otros temas.

La disertación mantenía en vilo, atentos, a los presentes. El público se extasiaba para captar cada uno de los conceptos que exponía este hombre de ciencia, de tez blanca, aspecto delgado, sencillo y movimientos algo nervioso.

La energía, especialmente la basada en la explotación del petróleo, siempre ha sido tema candente y de mucho interés. Se debatía entonces –y ahora con más fe- la necesidad de buscar fuentes alternas ante la inminencia del agotamiento del “oro negro” de la faz de la tierra, debido básicamente, al creciente consumo generado por la extraordinaria demanda de la industria y otros sectores de la economía.

El ingeniero Jaime Yépez, un portento ido a destiempo que integró el equipo de investigación del INDOTEC en materia energética (y que lo integraban también los académicos Bolívar Rodríguez, Fabián Tello, William Calderón y Doroteo Rodríguez, entre otros) presagiaba que para los próximos 50 años se agotarían las reservas petroleras a nivel mundial.

Sobre Bolívar Rodríguez me tocó difundir con algunos aciertos su creación de una “cocina solar”. Dicho sea de paso no sé por qué no se produce este artefacto a escala comercial para el mercado local e internacional.

Los pioneros

Estos investigadores del INDOTEC podrían decirse, sin lugar a equivocaciones, que son los pioneros de la investigación, explotación y uso de la energía solar en el país. Tuvieron el privilegio de iniciar lo que es hoy el sistema energético alterno o industria de generación solar fotovoltaica. Sembraron una semilla invalorable cuando, con financiamiento de un organismo internacional, realizaron un estudio que sentó la conciencia y las bases para el impulso de este creciente sector energético. Los citados especialistas, algunos de los cuales todavía laboran como académicos de universidades nacionales, crearon un Vademécum que recoge la medición en poblados, regiones y provincias donde se midió la cantidad de energía solar de caída sobre metro cuadrado de territorio.

Debo presumir que estas mediciones han servido de base o acicate para los inicios de la pujante industria solar en la República Dominicana.

El tema energético era latente y la conferencia del doctor Kunhardt se centró en esa acuciante realidad, así como en otros temas de interés científico.

A la disertación del doctor Kunhardt –como era habitual- le siguió un espacio para preguntas y respuestas. Doroteo Rodríguez, que estaba entre los asistentes, pidió un turno para hacer una pregunta-exposición, en la que planteó detalles acerca de su investigación acerca de “la fuente de energía continua”, “energía perpetua o prometeica (que viene de Prometeo”, o de “movimiento continuo”, lo cual se debate actualmente como “Overunity” en el mundo de la ciencia energética.

Rodríguez mostró interés en conocer la factibilidad de su investigación como alternativa para desarrollar una fuente de energía que desplace a la producción de energía fósil (petróleo). Kunhardt, sin mucho preámbulo, le dijo que esa fórmula había sido investigada en la NASA.

-“El tema que yo le planteaba era el de la posibilidad de OVERUNITY o la energía auto sustentada o auto sostenida, para un sistema cerrado que fuera capaz de generar o producir mayor cantidad de la cantidad de energía que necesita para operar y sostenerse, lo cual es asumido como imposible por la física convencional….pues “violaría” la ley de la Conservación de la Energía o Primera Ley de la Termodinámica…”, expuso Rodríguez.

Y agregó: “La controversia sobre ese tema viene in crescendo…”

Pero Kunhardt, sin embargo, creía otra cosa.

-“No, eso no es factible, nosotros ya investigamos eso en la NASA y determinamos que no era realizable”, le expresó entonces Kunhardt.

Se enciende el debate

Doroteo ripostó con otros aspectos de su investigación. La discusión entró en calor y cada uno de los presentes puso especial atención a estos planteamientos. El tiempo avanzaba y algunos de los presentes comenzaron a marcharse, no por falta de interés sino porque tenían otros compromisos.

Cada vez la discusión se hacía más compleja y lo que no conocíamos a profundidad el tema nos limitábamos a escuchar, a observar como estos dos colosos trataban de convencerse mutuamente sobre la perspectiva de sus investigaciones.

En una oportunidad, cercanas las 8:00 de la noche (la conferencia había iniciado a las 5:00 de la tarde) el doctor Kunhardt pidió que le buscaran un lugar donde hubiera una pizarra para explicar mediante fórmulas energéticas, la imposibilidad de lo planteado por Doroteo.

La pizarra más cercana estaba en mi oficina de Prensa. Acudieron allí y reanudaron las discusiones. El doctor Kunhardt escribió en la pizarra una enorme cantidad de fórmulas, mediante las cuales iba explicando las razones científicas de la alegada inviabilidad de la propuesta de Doroteo. Cuando las fórmulas no cupieron en la pizarra, ambos investigadores siguieron estampando sus conceptos en las paredes.

Yo, en tanto, observaba deleitado.

Rozando las diez de la noche, Doroteo recibió una llamada en su celular. Era de su esposa, ella lo esperaba en el Teatro Nacional, donde había terminado hacía rato la función donde debutaba su pequeña hija. Estaban esperándole porque, ni asistió al debut de la presentación ni acudía a buscarle cuando ya todo el mundo se había retirado del lugar.

-“Me excusa Erick, pero tengo que retirarme, me esperan mi esposa y mi hija en el Teatro Nacional, hace rato que tenía que pasar a buscarlas”, expresó Doroteo.

-“Está bien, está bien, seguimos esta discusión después…”, respondió el doctor Kunhardt.

Dejaron allí aquellas pizarras y paredes llenas de fórmulas físicas, matemáticas y energéticas que se erigió en un orgullo para la oficina de Prensa. Para mí eran máximas expresiones de la inteligencia de estos dos dominicanos, uno fallecido después de dejar un legado en la NASA y otro que continúa haciendo sus aportes a la solución de los problemas energéticos del país.

Debo admitir que me costó permitir que borraran esos “garabatos inentendibles” que adornaron por varios días la pizarra y la pared de la oficina de prensa del INDOTEC. Me hubiera gustado dejar allí por siempre dichas fórmulas para que sean testigos de esa “bizarra batalla de la inteligencia”.

Post Data:

Rodríguez me acaba de hacer algunas precisiones. Me aclaró, con justa razón, que no solicitó intervenir en la conferencia de Kunhardt para exponer sobre sus investigaciones:

-“L a verdad es que casi no recordaba el episodio… Realmente, le pedí a Eric que nos diera una charla a los inventores”, expresó.
-“Recuerda –agregó- que en la Feria de Ideas e Inventos que promovimos y realizamos en el INDOTEC, participaron más de 100 inventores… Luego intentamos una asociación…”, apuntó.
-“Eric, doctor en física, era para ese entonces decano de la universidad de New Jersey, llamada Stevenson Institute of Technology… Y tenía mucha experiencia con inventos e investigaciones aplicadas a innovaciones…”, relató Doroteo.
-“Bueno, cómo quiera, el que me pongas como un contendor de Eric es una exageración que me halaga, pero no le hace justicia a Eric, él tenía un nivel académico muy superior al mío. Gracias por los recuerdos”.

*El autor es periodista