Ramiro Estrella
Santo Domingo, República Dominicana.- Cuando los dirigentes políticos optan por aventurarse a abandonar un partido al que han dedicado muchos años de su trayectoria, sin importar en profundidad las motivaciones que los hayan llevado por ese camino, pueden experimentar momentos de gran frustración y desencanto.
Este caso involucra a dos alcaldes: Manuel Jiménez, del municipio Santo Domingo Este, y José Montás, de San Cristóbal. Ambos líderes políticos tuvieron una larga militancia en el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) antes de tomar esta decisión.
Jiménez y Montás abandonaron el partido morado con argumentos similares: alegaron que fueron víctimas de irregularidades en las elecciones primarias, lo que perjudicó sus aspiraciones a la alcaldía de sus respectivas demarcaciones.
Se sumaron al PRM y fueron nominados como candidatos, logrando la victoria. Sin embargo, es una práctica común en la política que los partidos tomen represalias contra los «tránsfugas».
Parece que esto les sucedió a Jiménez y Montás, ya que, curiosamente, a pesar de haber gozado de altos niveles de aceptación, perdieron en las elecciones primarias.
El PRM optó por influir discretamente en su liderazgo y base militante para que, durante ese proceso interno, respaldaran a otros aspirantes con una larga trayectoria en esa organización política. De esta manera, tomaron represalias contra los dos «tránsfugas» de una sola vez.
Lo que sucedió con estas dos figuras debería servir de reflexión y advertencia a otros políticos, instándolos a reflexionar cuidadosamente antes de abandonar sus partidos, con el fin de evitar situaciones embarazosas similares a las de Jiménez y Montás.»
