domingo, diciembre 7, 2025
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El orgullo

 

POR ROSMARIE PÉREZ 

Uno de los males más grandes de la humanidad es el orgullo, es esa satisfacción tan grande con nosotros mismos que nos lleva a creernos que no necesitamos a nadie, nos sentimos demasiado inteligentes, capaces, hermosos, brillantes hasta tal punto que menospreciamos a todos los demás.

El orgullo es el pecado más antiguo, lo sintió satanás cuando todavía era un arcángel en el cielo y quiso ser semejante a Dios, Isaías 14:12-15, por lo mismo fue desterrado del cielo al encontrarse tal maldad en él.

El orgullo se muestra de muchas maneras en nuestras vidas, es esa jactancia de nuestras habilidades, es esa independencia al no querer someternos ni a las leyes humanas ni a las de Dios, es esa suficiencia de creer que no necesitamos a nadie, de creernos mejores que los demás, de ni siquiera querer pedir perdón y reconocer que hemos fallado.

Las mismas escrituras señalan que Dios mira de lejos al orgulloso, al altivo, al que menosprecia su ley y Palabra.

Hay quienes sin darse cuenta el orgullo ha estado haciendo estragos en su interior, menosprecian la Palabra de Dios siendo conocedores de ella.

Es llegar hasta tal punto que podemos leer la escritura y conocer que Dios mismo le dice al profeta Samuel que Él desechó al rey Saúl por su desobediencia y se buscó a alguien con el corazón conforme a Él, 1 Samuel 13:14 y opinar en nuestra humanidad que eso no puede ser así porque David pecó gravemente delante de Dios, tenemos las suficientes virtudes y conocimientos para poder poner en duda esta posición de Dios ?

Y me podrá decir que eso no es exactamente lo que ha hablado pero no hay otra forma de interpretarlo, si fuera un hombre como Samuel al que Dios lo describiera con estas características pues usted lo cree sin opinar nada porque el profeta Samuel llevó una vida de servicio intachable, pero como es David es otra historia, porque ve más las debilidades de él que la misma opinión de Dios escrita en la biblia.

Acaso eso no es orgullo disfrazado, juzgar por la caída a alguien que a pesar de esto pueda tener un corazón que agradó a Dios, o creernos que son nuestras obras las que nos hacen aprobados para recibir esta distinción de Dios ?…..

Por casos como estos es que Dios nos manda a ser como niños para entrar a Su reino, el niño cree todo lo que dice su padre, lo cree un súper héroe, lo que dice es ley aunque muchas veces no lo haga y se porte mal, luego el padre lo disciplina y él se corrige, olvida rápido, pelea y luego esta jugando con su compañero, así busca Dios que seamos, como niños…

Un personaje en la biblia que nos puede dar luz en este tema es Job, las escrituras hablan que Job era un hombre intachable delante de Dios, que en su proceso no pecó en nada y se mantuvo fiel a Dios, pero aún así Dios le permitió el proceso más difícil que un hombre puede atravesar, sus diez hijos mueren, pierde todo lo que tiene, le da un sarna en el cuerpo maligna, su mujer le desea que se muera y sus amigos, unos le dan la espalda y otros los juzgan entendiendo que todo lo que le acontecía fue por sus pecados.

Verdaderamente Job era un hombre fiel a Dios, intachable pero algo en su corazón estaba formándose y Dios que lo conoce todo toma la decisión de permitirle al diablo que le quitara todo pero no tocara su vida, qué había escondido en el corazón de Job que provoca tal proceso?

Primero, idolatría por sus hijos, dice la escritura que todos los días levantaba un holocausto a Dios por si sus hijos pecaban, Job 1:5, Job un hombre que caminaba de una manera intachable delante de Dios sin darse cuenta había dejado entrar en su corazón la idolatría, un pecado terrible delante Dios, que quien opera atrás de esto es el mismo diablo, pero Job poco a poco sin él darse cuenta estaba quitando a Dios de su lugar y colocando a sus hijos.

Segundo, dice también las escrituras que lo que temía eso le aconteció, Job 3:25, también había temor en el corazón de Job y sabemos que cuando estamos llenos de Dios no puede haber temor, porque el perfecto amor echa fuera el temor, 1 Juan 4:8.

Tercero, otra cosa se estaba formando en el corazón de Job, la soberbia o orgullo, había una satisfacción en su interior por ser un hombre perfecto delante de Dios que se estaba convirtiendo en orgullo, lo podemos saber porque es uno de los 4 ó 5 libros en la biblia que menciona a Levitan, el principado del orgullo, la soberbia y la murmuración.

Ya Job se estaba viendo y sintiéndose mejor que los demás por su caminar recto delante del Creador y miraba a los demás con ese orgullo que lo hacía sentir superior a los demás, algo que quizás para el mismo era imperceptible, no se daba cuenta, así que Dios se vio en la necesidad de intervenir, no podía permitir esto, había que desarraigar esto del corazón de Job, de su siervo diligente porque sino podía caer en cualquier momento y perderse él mismo.

El orgullo nos envanece de lo que somos y tenemos, es ese gusano que va creciendo de manera silenciosa en nuestro interior que nos hace creer que porque estamos en la Iglesia sirviendo fielmente a Dios podemos señalar a los que están afuera, sintiendo esa satisfacción de que ya estamos con Dios y menospreciamos a los demás por su pecado y formas de vestir, criticando en el mismo altar de Dios a los pecadores cuando en la Palabra dice que solo hay uno bueno y es solo Dios, Marcos 10:18, y con todo respeto, una cosa es corregir y otra muy distinta es hablar con esa suficiencia en nuestro interior que se convierte en orgullo.

Recordemos cada día de nuestras vidas que si hay algo bueno en nosotros es el Espíritu de Dios en nosotros, el Apóstol Pablo en la 2 carta a los Corintios dice en el capítulo 12 que se le fue dado un aguijón, un mensajero de satanás que lo abofeteaba, había orado tres veces y la respuesta de Dios fue un “ no, no te lo voy a quitar, Bástate mi Gracia, que Mí poder se perfecciona en tú debilidad “.

Por qué fue este “ no “ ? , el mismo Apóstol lo dice en esta escritura, para que la grandeza de la revelación que estaba recibiendo de parte del Señor Jesús le cortara el orgullo de su vida, el aguijón le recordaba su humanidad, su imperfección, entonces le hacía saber que la Gloria era y es solo de Dios……

Muchos de nosotros debemos recordarlo, cuanto orgullo y soberbia hay en nosotros como pueblo de Dios, pastores que sus ovejas nunca han podido entrar en sus oficinas a compartir con ellos, cuantos de ellos están rodeados de guardaespaldas porque temen que le hagan “algo” cuando la escritura misma nos dice que hay ángeles que Dios pone a cuidarnos, cuantos videos mostrando como se maquillan y visten antes de ir a servir a Dios, es que estamos en un reality show constante?

No me diga que esa es la estrategia nueva para ganar almas, porque la estrategia siempre será la misma “ Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura “ Marcos 16:15, eso nunca cambiará y no nos creamos más sabios que Dios en nuestro propio entendimiento para creer que con esto nos estamos ganando almas, lo que logramos es endurecer más el corazón de la gente con tanta parodia y entretenimiento.

Dejemos de creernos los preferidos de Dios porque Dios no los tiene, Dios busca gente humilde que pueda tener la valentía de cargar Su Gloria sin creerse más de sí mismo de lo que debe ser, es tiempo de orar a Dios y pedirle que escudriñe nuestros corazones y lo limpie, que nos dé un corazón limpio y recto para Él, para poder acercarnos más a Él y ser llenos de Su Gloria.

Ese gusano del orgullo y la soberbia debe morir ya en nuestro ser interior, no deseche estas palabras creyendo que nunca ha sentido esto porque está muy equivocado/a, cada vez que desobedecemos la escrituras y pecamos, estamos pecando de esa suficiencia en nuestro interior, cuando cuestionamos a Dios y a Su Palabra está creciendo en nuestro interior este gusano, cuando nos creemos más santos, más entendidos, más buenos, es ahí que estamos gestando la caída más grande de nuestras vidas.

Dejemos esa jactancia de nosotros mismos, dejemos de señalarnos, no somos jueces, llamo al arrepentimiento, a dejarnos transformar por la Palabra de Dios, despojémonos de la vieja naturaleza y pongámonos las nuevas vestiduras que Dios nos ha regalado a través de nuestro Señor Jesús, el cual por el gozo que sentía el Padre ante su obediencia de entregar su vida por nosotros, sufrió en la Cruz el oprobio para que hoy fuéramos salvos, Hebreos 12:2.

Padre, limpia nuestros corazones de todo orgullo, de toda soberbia y vanidad, haznos más como Tú y menos como nosotros, muévenos a ese nuevo hombre y mujer en Cristo Jesús, para exaltarte cada día de nuestras vidas, dándote la Gloria y Honra, hoy y siempre en el nombre de Jesús, amén.

Bendiciones,
Rosmarie Pérez

Santiago 4:6
Reina-Valera 1960

6 Pero él da mayor gracia. Por esto dice: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los
humildes.

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