POR ROSMARIE PÉREZ
Todos sabemos que el agua es la fuente de vida, nada en este planeta puede subsistir sin ese preciado líquido, sin agua las plantas se secan, los animales mueren y el mismo hombre no puede vivir, pero siempre que tomemos agua irremediablemente volveremos a tener sed, pero hoy quiero brindarles una agua en el orden espiritual y para su alma que cuando usted la tome, ya no sentirá sed jamás.
Y usted dirá, cual es esa sed en el alma y espíritu?, pues le diré, cada uno de nosotros sentimos siempre la necesidad de llenar un vacío en nuestro interior, sentimos gran parte de nuestras vidas que algo nos falta para complementarnos y llegar a sentirnos felices ó realizados.
Muchas veces buscamos ser aceptados en ciertos círculos ó encajar en una relación y para esto hacemos cientos de cosas que lo único que provocan, es una sed en el alma que en vez de saciarse con cuantas cosas que hacemos, lo único que provoca es mucho más sed y al no saciarla nos vamos secando irremediablemente en nuestro interior hasta sentirnos sin vida.
Ahora la humanidad está enfrascada en la eterna juventud, gasta hasta lo que no tiene en cirugías, implantes, productos, ropas, cambian hasta su identidad, buscando saciar esta sed, sentirse felices, aceptados, realizados, queriendo ser parte de “ un algo “, que al final cuando lo logran, entonces se dan cuenta que ni así han podido sentirse plenos, y peor aún, que la gran mayoría de veces, ni con todo ese esfuerzo lo han podido lograr, el tener ó retener eso por lo cual hizo tantos sacrificios.
Y a qué se debe todo esto? Es que el hombre y digo hombre, refiriéndome al hombre y la mujer, con el perdón de aquellos que quieren cambiar el lenguaje también, queriendo negar la existencia de Dios y queriendo negarse a reconocer su necesidad de Él, han buscado sustitutos para saciar esta sed en su interior y lo único que logra después de tratar todo, es sentirse más vacío y con mucha más sed, hasta quedarse secos, amargados interiormente, fingiendo algo que no sienten.
Queriendo sustituir esa necesidad de Dios, lo reemplazan con ídolos, ya sean estrellas de música ó deportes, buscan cada día tener más posesiones, ser “ más populares “, practican brujería, leen horóscopos, buscan hasta gente que le digan su futuro, van de una relación a otra, se sumergen en la pornografía, pero en realidad lo que verdaderamente necesitan es reconocer su necesidad de Dios, de ser perdonados y aceptados por Él.
Eso estará siempre a su alcance, solo con rendirse a Él y reconocerlo como su Señor y Salvador, tan simple como eso, lo lamentable es, que no quieren aceptarlo.
Y esto no solo está sucediendo en el ámbito de los no creyentes, esto también está sucediendo dentro de las iglesias, esta sed se está expandiendo cada día más porque buscamos saciarla en cosas equivocadas, en lugares equivocados.
El pueblo de Dios se ha desenfocado de tal manera que ha olvidado de donde lo sacó el Señor, y otros lamentablemente no han tenido esa conversión a Jesús de corazón, sino solo están ahí dentro de la Iglesia creyendo pero no convirtiéndose a Cristo.
No han querido dejar esa vida antigua y caminar en la nueva vida que le ofrece el Señor porque esto requiere ciertos sacrificios y cosas que dejar, viven la vida cristiana a medias, un pie en el mundo y otro en la Iglesia, y así nunca serán saciados interiormente.
La palabra de Dios nos habla de esta sed, en el salmos 42:1-3, habla de que como el ciervo brama por las corrientes de agua, así mismo clama nuestras almas por el Dios vivo…
El bramido del ciervo es un mugir o gritar por el agua, este animal en tiempos de apareamiento desprende un olor peculiar y esto lo hace blanco de depredadores, el sabe que sino toma agua y se lava pronto, puede morir de sed o asesinado, por eso muge, grita de pánico, así mismo es nuestra alma alejada de Dios, nos secamos, nos hundimos en el pecado, en la soledad y desesperación, al no estar unidos a la fuente que nos da vida.
En salmos 32:4-5, el salmista David habla que mientras callaba su pecado, sus huesos se envejecían, se secaba por dentro, pero que cuando declaró su pecado delante de Dios, el perdono su iniquidad devolviéndole la vida….
En San Juan 15:5, nos habla que nosotros somos como pámpanos y debemos permanecer en la vid porque fuera de ella no somos nada, así mismo es todo ser humano alejado de Dios, muere en el pecado, se seca irremediablemente apartado de Dios, ya que fuimos creados por Él y para Él.
Jesús se le presentó a una mujer samaritana en un pozo, San Juan 4, a una mujer que tenía una sed intensa por ser amada, pero se había equivocado ya varias veces teniendo diferentes hombres y esta sed persistía, Jesús la espera en ese pozo sentado solo, porque a esa hora iba esta mujer para que nadie la viera y la humillara, y Él le ofrece una agua que le quitará esa sed para siempre…..
Esta mujer fue impactada por Jesús, no solo porque él le dice toda su vida secreta, sino también, por la forma en amor que se le acercó, sin humillarla ni juzgarla, ella sintió su perdón, su aceptación y su sed inmediatamente comenzó a saciarse, Él le ofreció ese río de agua viva que iba a surgir en su interior si aceptaba su perdón….
Así mismo sucedió con la mujer del perfume de alabastro, Lucas 7:36-38, mientras ella ungía a Jesús con el perfume y enjaguaba sus pies con lágrimas, sintió el perdón de sus pecados mucho antes de escucharlo de su boca, ella no sintió su rechazo ni su condena, aunque todos los que lo rodeaban la condenaban, su sed fue inmediatamente saciada…
También sucedió con la mujer que la encontraron en adulterio, Juan 8:1-11, ó con Zaqueo en Lucas 19:1-10, un recaudador de impuestos que era censurado por todos, pero en el momento en que Jesús le dice que va a comer a su casa y comparte con él, sin juzgarlo ni rechazarlo, fue esto suficiente para calmar tanto su sed, que decide devolver lo robado cuatro veces más y darle la mitad de sus posesiones a los pobres.
Es la necesidad de perdón y de ser aceptado del ser humano, lo que lo lleva a cometer tantos desaciertos en su vida, que lo lleva equivocadamente a buscar esto en cosas que nunca le darán el gozo que solo lo puede dar Cristo.
Esta agua que se convierte en ríos en nuestro interior, es el Espíritu Santo de Dios, Jesús lo estaba ofreciendo mucho antes de su muerte a su pueblo, pero ellos no lo pudieron entender porque el Padre se lo escondió por sus rebeldías ante Él.
No sé en que estás saciando tu sed, tú que me lees, pero sea lo que sea en lo que estás tratando de saciarla, lejos de Dios no va a dar resultado, solo el que te creó conoce exactamente lo que estás necesitando en este preciso momento y solo Él puede saciarlo, no importa si no quieres creerlo, o si lo niegas, está es una verdad que no cambiará.
Solo quiero dejarte esto en tú corazón, Dios te ama, no estás solo…no estás sola, Él está ahí aún cuando has blasfemado contra Él, aún en tus rebeldías y pecados, Él espera que entiendas Su amor por ti, lo mostró en la cruz muriendo por ti, por mí, Él no te rechaza, él quiere que le des una oportunidad de conocerle y entrar en tú corazón, para llenarlo, para sanar tus heridas y saciar esa sed que te destruye, que te hace hacer cosas que te hacen daño.
Solo acepta Su perdón y Amor por ti, oro al Padre en este momento para que vidas sean tocadas con este escrito, corazones transformados y saciados por Su Santo Espíritu, en el nombre de Jesús……amén.
Bendiciones,
Rosmarie Pérez
Juan 4:13-14
Reina-Valera 1960
13 Respondió Jesús y le dijo: Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá a tener sed; 14 mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna.