Por Dra. Jacqueline Malagón
ExMinistra de Educación

El Ministerio de Educación ha emprendido hace días un ejercicio de muchísimo valor para el ordenamiento docente en los centros educativos de todo el país, y que consiste en actualizar la nómina, determinar el déficit o el superávit de docentes, implantar un reordenamiento horizontal (enviar personal a otros centros por situaciones de territorios o distancias) y muy importante para la calidad de la educación que se brinda en el aula, es el ordenamiento vertical (ubicar los docentes en el área académica que les corresponde).

Mucha gente se preguntará qué significa todo esto. Y les decimos que esta práctica data del inicio de la década del 90, pero hoy se ha planificado su desarrollo contando con la tecnología y con la experiencia de los años en que se ha conocido que hay un gran desorden en la nómina de docentes que traduce: a) difuntos que cobran; b) residentes de hace años en los EUA, en Europa, en Suramérica o donde sea, que cobran y le pagan un porcentaje muchas veces ínfimos a los «sustitutos» que no son ni profesionales del área, ni muchas veces están titulados, y de aquí se desprende en algunas ocasiones una cadena de contubernios en los centros con el apoyo de los Distritos; c) encontrar y empoderar los técnicos que son responsables de mantener el seguimiento, la supervisión y el acompañamiento administrativo y pedagógico que deben hacer posible que estas situaciones no se presenten más, y que el sistema sea tan transparente como la ética de su gestión lo demanda.

Aplaudimos con entusiasmo esta decisión del Ministro y los viceministros y que le pedimos al Sindicato, a la ADP, que apoye y colabore para ver si de una vez por todas, podemos lograr la transparencia de la nómina de los centros, empoderar al Director como el Gestor, Administrador y Director del desempeño institucional del centro en el que la evaluación del centro tiene como eje el aprendizaje de los estudiantes, razón de ser de la escuela.

Pedimos a todas las familias, a todos los actores que están dentro o en los alrededores del sistema educativo preuniversitario, que apoyen y colaboren porque esto nos ha de garantizar que el nuevo año escolar, 2024 – 2025, empezará con muy buen pie.