Enriquillo era el apodo de un cacique taíno que se rebeló contra los españoles; este era conocido por los indígenas como Guarocuya o Huarocuya, mientras que su nombre español era Enrique Bejo.
SANTO DOMINGO, RD.-El presidente Luis Abinader emitió este viernes el decreto 783-21 que dispone erigir un mausoleo en honor al cacique Enriquillo y crear una comisión especial que se encargará de coordinar y realizar las disposiciones establecidas.
Asimismo, esta ordenanza instruye al Ministerio de Educación la creación de una cátedra dedicada exclusivamente a la vida de Enriquillo, la cual deberá ser impartida en todas las escuelas públicas de la República Dominicana.
De igual modo, instruye a los ministerios de Educación y Cultura y a la Comisión Permanente de Efemérides Patrias conmemorar el “Día de Enriquillo” cada 27 de septiembre por motivo del aniversario de su muerte.
La comisión
Lacomisión especial queda integrada de la siguiente manera, indica el decreto:
1. La ministra de Cultura, quien la presidirá.
2. El ministro de Educación.
3. El presidente de la Comisión Permanente de Efemérides Patrias.
4. El presidente de la Academia Dominicana de la Historia.
5. El director del Archivo General de la Nación.
6. La gobernadora civil de la provincia Bahoruco.
7. La rectora de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD).
8. La señora Lidia Martínez, quien fungirá como directora ejecutiva
Enriquillo era el apodo de un cacique taíno que se rebeló contra los españoles; este era conocido por los indígenas como Guarocuya o Huarocuya, mientras que su nombre español era Enrique Bejo. Nació a orillas del lago Jaragua (hoy lago Enriquillo) y era parte de la familia real de Jaragua, su tía Anacaona fue reina de Jaragua y su padre Magiocatex fue príncipe heredero que murió en el año 1504.
Su padre murió en una redada española contra una protesta pacífica de indígenas en Jaragua y el huérfano fue criado en un monasterio en la actual capital de República Dominicana, Santo Domingo. Uno de sus mentores fue Bartolomé de Las Casas; fue encomendado a don Francisco de Valenzuela, pasando al hijo de este, Andrés de Valenzuela, tras su fallecimiento. Su rebelión o guerrilla cubrió un período comprendido entre 1519 y 1533.