NUEVA YORK.- El gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, informó este martes que los casos de coronavirus en este estado, epicentro de la pandemia en EE.UU., ascienden a 25.665 y comparó su avance con la llegada de un “tren bala” que está obligando a recalcular las proyecciones y a “utilizar todas las opciones agresivamente” en cuanto a hospitales, personal sanitario, materiales y tratamientos ante la cercanía y gravedad del “pico máximo”.
“Uno de los analistas me dijo: estábamos viendo venir un tren de mercancías directo hacia el país y ahora vemos que es un tren bala, porque así de rápido se están incrementando las cifras”, afirmó en rueda de prensa el gobernador, que advirtió que el “pico máximo será más alto de lo previsto” y también llegará más pronto, en los próximos 14 a 21 días, por lo que pidió urgentemente refuerzos al Gobierno federal.
Según los datos actualizados de Cuomo, la cifra de casos “se duplica cada tres días” y en todo el estado hay 25.665 personas que han dado positivo por COVID-19, entre ellas unas 3.200 hospitalizadas, y de las cuales unas 750 requieren cuidados intensivos (UCI). En total han fallecido 210 personas.
“Esto significa que en número de camas de hospital, que están en 53.000 camas con 3.000 camas de UCI, lo que anticipamos ahora para el pico de la curva es que necesitaremos 140.000 camas y unas 40.000 camas de UCI. Son cifras astronómicas y preocupantes, más altas de lo proyectado previamente. Estamos ejerciendo todas las opciones agresivamente”, explicó el gobernador.
Asimismo, Cuomo recalcó que los respiradores “marcan la diferencia entre la vida y la muerte” y dijo que el estado ha conseguido 7.000 unidades pero necesita unas 30.000, por lo que pidió al Gobierno de Donald Trump que desbloquee 20.000 respiradores que tiene almacenados en reserva la Secretaría de Sanidad, y que use la Ley de Producción Defensiva para ordenar a las empresas que fabriquen el producto y así no tener que depender de “ofertas”.
Cuomo anunció que este martes los hospitales comienzan una “nueva terapia” con cloroquina, después de que el Gobierno de Trump acelerara el proceso, y se ha autorizado otra con inyecciones de plasma, además de un nuevo método de testeo “para saber si hay anticuerpos” en la sangre, lo que asumiendo que implique “inmunidad”, permitiría volver al trabajo a empleados sanitarios y del sector privado.
El estado de Nueva York, que tiene la “capacidad más alta per cápita del mundo” para hacer pruebas, unas 16.000 diarias, implementó este domingo un plan de “pausa” que obliga a casi todos los trabajadores a quedarse en casa para ejercer sus funciones, y que se suma al cierre de centros educativos y negocios en general para evitar la propagación del patógeno mientras el gobernador pide esfuerzos al sistema sanitario.
Cuomo ha ordenado a los hospitales incrementar su capacidad un 50 % como mínimo, está estableciendo hospitales de emergencia -uno en el enorme centro de convenciones Javits de Manhattan-, baraja “utilizar los dormitorios de los campus de las universidades públicas” y está negociando cesiones “con propietarios de hoteles”. Además, está reclutando “todo el personal posible”, desde sanitarios jubilados o empleados en aseguradoras y clínicas.
Pese a todo, hizo una llamada a la calma y aseguró que el coronavirus “no es un gran problema para un 98 % de la población, solo para la gente vulnerable”, y sin mencionar directamente los recientes mensajes de Trump sobre una relativa vuelta a la normalidad para evitar el impacto sobre la economía, se refirió a “esa conversación” sobre “cuánto estamos pagando por el 2 % que van a morir de todas formas, y por qué habría que parar el tren por ellos”.
“No estamos dispuestos a sacrificar al 1-2 %, no somos así. Vamos a luchar de todas las maneras para salvar todas las vidas, esto es lo que es es ser estadounidense. Ese 1-2 % son Matilda -su madre-, Sally, Sara o tu tío. Son queridos y no voy a darme por vencido”, concluyó: “Mi madre no es prescindible. Su madre no es prescindible. No pondremos precio a la vida humana”. (Agencia)