Pocos temas en economía atraen más discusión entre economistas, empresarios y la opinión pública en general, que el endeudamiento de los gobiernos, y más en la República Dominicana.


Este tema toma ahora aún más relevancia debido a la situación creada por la crisis pandémica del COVID-19, que unida a la pérdida de ingresos fiscales con la necesidad incrementar el gasto público para apoyar la economía, han provocado un aumento del endeudamiento en todos los países.


Por ejemplo, acorde a las proyecciones del pasado mes de octubre del Fondo Monetario Internacional (FMI), la deuda pública global alcanzará 98.7 % del producto interno bruto (PIB) mundial en 2020, cifra que representa un incremento nada trivial de 15.7 puntos porcentuales con relación al nivel del año pasado.


Por supuesto, la distribución del endeudamiento es remotamente distinta entre economías avanzadas y emergentes, cuyos niveles se esperan que alcancen 123.9 % del PIB y 62.5 % del PIB, respectivamente, este año.


En el caso específico de la República Dominicana, no es la primera vez que una crisis provoca un aumento en el nivel de endeudamiento. Como mostramos a continuación en la figura 1, la deuda pública consolidada (DPC) alcanzó su máximo histórico de 83 % del PIB en 1987, en un entorno de crisis económica que afectó toda Latinoamérica.


Luego de una importante reducción, como fruto de la expansión económica de la década de 1990, la crisis financiera dominicana hace que la deuda pública incremente nuevamente desde 21.9 % del PIB en 2002 hasta 46.9 % del PIB en 2004.


En la actualidad, la crisis del COVID-19 ha resultado en una caída de la actividad económica—estimada con el IMAE enero-octubre en -7.7 % interanual—que, junto a las medidas fiscales implementadas para apoyar a las empresas, a los hogares, y a los trabajadores, han implicado adiciones presupuestarias que podrían colocar el nivel de deuda dominicana alrededor de 68.1 % del PIB a final de 2020.