En su reunión de política monetaria de septiembre de 2019, el Banco Central de la República Dominicana (BCRD) decidió mantener su tasa de interés de política monetaria en 4.50 % anual.
La decisión sobre la tasa de referencia se basa en el análisis detallado del balance de riesgos respecto a los pronósticos de inflación, incluyendo indicadores macroeconómicos internacionales y domésticos, las expectativas del mercado y las proyecciones de mediano plazo. La inflación mensual de agosto fue de 0.47 %, mientras que la inflación acumulada en los primeros ocho meses del año se situó en 1.99 %.
Por otro lado, la inflación interanual, es decir de agosto de 2018 a agosto de 2019, se ubicó en 1.72 %, manteniéndose por debajo del límite inferior del rango meta. Asimismo, la inflación subyacente, que refleja las condiciones monetarias, se ubicó en 2.04 % en agosto.
Las expectativas de inflación de los analistas económicos, así como el sistema de pronósticos del BCRD, señalan que la inflación se ubicaría al cierre del año 2019 en torno al límite inferior del rango meta de 4.0 % ± 1.0 % y se mantendría cercana al centro del rango meta durante el año 2020.
En el entorno internacional, persisten los factores de incertidumbre que han estado gravitando durante este año, en particular aquellos relacionados a las disputas comerciales entre Estados Unidos de América y China, así como las tensiones geopolíticas en distintas zonas del mundo. En ese contexto, se estima una expansión de la economía global de 2.6 % en 2019, mientras la proyección de crecimiento de 2020 se corrige a la baja hasta 2.5 %, según Consensus Forecasts.
Las perspectivas de crecimiento de Estados Unidos se ubican en 2.3 % para 2019 de acuerdo a Consensus Forecasts, moderándose hasta 1.8 % en 2020.
Tomando en consideración el menor dinamismo de la actividad económica y las bajas presiones inflacionarias, la Reserva Federal disminuyó en septiembre, por segunda ocasión consecutiva, su tasa de interés de referencia en 25 puntos básicos, consistente con lo esperado por los analistas del mercado. En adición, la Reserva Federal ha estado proporcionando mayor liquidez al sistema financiero con el objetivo de reducir las tasas de interés de corto plazo.
En cuanto a la Zona Euro, las perspectivas de crecimiento se mantienen bajas, ubicándose en 1.1 % tanto para 2019 como para 2020, afectadas por la incertidumbre en torno al proceso de salida del Reino Unido de la Unión Europea (Brexit) y las disputas comerciales a nivel global.
Considerando este panorama adverso y los reducidos niveles de inflación, el Banco Central Europeo anunció un conjunto de medidas expansivas, destacándose la reducción de la tasa de interés de la facilidad permanente de depósitos (overnight), ubicándola en -0.50 % anual.
Asimismo, anunció una nueva ronda de compras de activos de deuda soberana por un monto mensual de $20 mil millones de euros, así como un programa de provisión de liquidez para la canalización de crédito al sector privado a través de las entidades financieras.
Por otro lado, las proyecciones de crecimiento de América Latina se han deteriorado, proyectándose una expansión regional de 0.5 % para 2019 de acuerdo a Consensus Forecasts. El desempeño de la región estaría influenciado por las condiciones recesivas en Venezuela, Argentina y Nicaragua, mientras las dos economías más grandes, Brasil y México, crecerían por debajo de 1.0 %.
Esta combinación de menor crecimiento y volatilidad en los mercados internacionales ha contribuido a que se hayan acentuado las depreciaciones de casi todas las monedas de las economías emergentes y, en particular, de América Latina, durante los últimos meses.
En cuanto a las materias primas, el precio promedio del petróleo intermedio de Texas (WTI) se mantuvo en torno a US$55 por barril durante el mes de septiembre, a pesar de presentar una mayor volatilidad asociada a tensiones geopolíticas en países productores de petróleo.
Se espera que el precio promedio se mantenga durante el resto de 2019 por debajo de US$60 dólares el barril, nivel contemplado en el Presupuesto Nacional, como resultado del debilitamiento de la demanda mundial. Por otro lado, el precio promedio del oro permaneció por encima de los US$1,500 dólares por onza troy en el mes de septiembre, al ser utilizado como refugio de valor en un entorno de alta incertidumbre.
En el contexto doméstico, informaciones preliminares del Índice Mensual de Actividad Económica (IMAE) señalan que la demanda agregada ha comenzado a recuperarse en respuesta a la implementación reciente de medidas monetarias expansivas.
En efecto, luego de un crecimiento acumulado de 4.7 % durante el primer semestre del año, la economía se expandió 4.6 % interanual en el mes de julio y se aceleró hasta crecer 4.8 % interanual en el mes de agosto. De continuar esta tendencia positiva durante los próximos meses, se espera que el crecimiento económico se ubique en torno a su potencial de 5.0 % para el cierre del año.
De forma particular, las medidas de flexibilización monetaria implementadas desde el mes de junio, a través de la reducción en 100 puntos básicos de la tasa de política monetaria y la liberación de más de RD$34 mil millones de recursos del encaje legal a los sectores productivos, han dinamizado el crédito privado, que se expande de forma interanual en torno a 11 %.
Las condiciones monetarias permanecerán favorables durante los próximos meses conforme operen los mecanismos de transmisión de la política monetaria, impulsando la demanda interna a través de una mayor inversión y consumo privado.
Por otro lado, se mantiene el proceso de consolidación de las finanzas públicas, previéndose que se alcanzaría un superávit primario al cierre de 2019, según lo estipulado en el Presupuesto Nacional.
En el sector externo, las actividades generadoras de divisas, como la inversión extranjera directa y las remesas continúan mostrando un buen desempeño, compensando la moderación reciente del turismo, inducida por la menor demanda mundial y por la campaña mediática negativa ante casos aislados que se presentaron en el sector.
En este entorno internacional complejo, la República Dominicana ha mantenido la estabilidad relativa del tipo de cambio, presentando durante el presente año una depreciación acumulada por debajo del promedio de los países de América Latina y de las economías emergentes, como resultado de la fortaleza de los fundamentos macroeconómicos y de la credibilidad en sus políticas económicas.
El Banco Central de la República Dominicana reafirma su compromiso de conducir la política monetaria hacia el logro de su meta de inflación y al buen funcionamiento de los sistemas financiero y de pagos, contribuyendo así al mantenimiento de la estabilidad macroeconómica.
En ese sentido, la institución se mantendrá dando seguimiento a la moderación de la economía mundial y a los factores de incertidumbre tanto externa como interna y su impacto sobre la demanda agregada, encontrándose preparado para continuar reaccionando de forma oportuna ante factores que puedan generar desvíos de la meta de inflación y afectar el crecimiento económico dominicano.