Santo Domingo, RD.-Un corazón sano late en promedio 100.000 veces al día y bombea alrededor de 4.5 litros de sangre a todos los órganos del cuerpo.
Pero es importante recordar que el corazón es un órgano que siempre se mantiene trabajando, y puede dañarse por muchos motivos, algunos de ellos tan cotidianos que no refieren al riesgo de deteriorar este importante músculo.
Por ejemplo, un infarto o ataque al corazón es lo que consideramos más fuerte, pero factores como presión sanguínea alta, o algunos otros relacionados con el estilo de vida como una alimentación alta en sodio y grasas, abuso del alcohol o llevar una vida sedentaria,1,6,7 son también factores de riesgo que podrían afectar su funcionamiento.
Este tipo de situaciones pueden provocar insuficiencia cardiaca, una enfermedad en la que el corazón deja de funcionar correctamente. Sucede cuando el corazón se vuelva demasiado débil o rígido para hacer bombear la sangre que todo el cuerpo requiere.
Sin tratamiento, la insuficiencia cardiaca, puede ser más peligrosa que muchos tipos de cáncer ya que provoca de 2 a 3 veces más muertes que el cáncer avanzado de intestino o pecho.
“A pesar del riesgo que implica la insuficiencia cardíaca, existe un alto nivel de desconocimiento en la población, especialmente porque los síntomas de la enfermedad se suelen confundir con otro tipo de padecimientos, asegura el cardiólogo David Rodríguez, director del Área Terapéutica Cardiovascular y Metabolismo de Novartis para Centroamérica y el Caribe.
Según el experto, los síntomas de la enfermedad son fatiga o cansancio por actividades cotidianas, dificultad para respirar, necesidad de dormir incorporado, hinchazón de las extremidades inferiores y aumento de peso súbitamente.
Éstas son las alarmas que deben llamarle a buscar al médico y comentar estos síntomas en cuanto los empiece a experimentar, aunque no los experimente todos, sino solo algunos.
Al visitar el médico, debe asegurarse mencionar todos los síntomas, porque una cita médica provechosa puede hacer la diferencia entre recibir el tratamiento adecuado en el momento correcto o no. Para ello, puede usar una guía con el fin de sacar el mayor provecho de su consulta con el cardiólogo.