POR ROSMARIE PÉREZ
Nosotros los Cristianos al conocer la verdad de Cristo y conocer al Dios tan maravilloso al que servimos, pensamos erróneamente muchas veces que cuando el Señor nos manda a una asignación las puertas se abrirán rápidamente, los milagros acontecerán de una vez y las promesas se materializarán pronto.
Que tristeza y depresión nos da cuando pasa el tiempo y no logramos recibir lo prometido, regularmente tendemos a enojarnos con el Señor y comenzamos una lucha interna entre sí fue que nos equivocamos y no era la voz de Dios que escuchamos ó si realmente lo fue.
Hay milagros y favores que se nos darán inmediatamente pero regularmente para los milagros más grandes, tendremos que pelearlos y dejar hasta nuestra piel en el proceso, dice la Palabra que el reino de Dios sufre violencia y solo los violentos lo arrebatan ( Mateo 11:12), así que en ocasiones necesitaremos pelearlos y empujar la puerta hasta conseguirlo y en otros hasta patearla porque espiritualmente habrá una oposición para que no recibamos lo que ya Dios ha dado ya la orden de que así sea.
Para esto tendremos que romper con la ideología de que todo acontecerá de una vez y como queremos, debemos entender que cuando el Señor nos manda a alguna asignación ó quiere bendecirnos con cualquier Milagro que sea, muchas veces no acontecerá inmediatamente.
Tenemos en la Biblia el ejemplo de la Mujer Cananea ( Mateo 15:21-28), cuya Fe fue confrontada por el mismo Jesús, ella necesitó tocar y tocar la puerta para que el Señor le contestara, ella salió detrás de su Milagro y a pesar que la ignoraban, la despreciaban y la mandaban a callar, ella se mantuvo tocando la puerta atrás de su milagro, hasta que se vio en la obligación de a lo que yo llamo espiritualmente, patear la puerta y responderle al Señor que los perrillos se conformaban con las migajas, ahí entonces el Señor Jesús reconoce que no había conocido una Fe como la suya.
Otro ejemplo es la del Profeta Elías, un gran hombre de Dios que se vio en la obligación de patear la puerta para recibir su bendición, la Palabra dice que el mismo Señor le dice a Elías que fuera a Sarepta de Sidon ( 1 Reyes 17:8-16), que había una viuda al que El le había dado orden de recibirlo y bendecirlo pero es extraño que las escrituras dicen » que el Señor ya había dado la orden » pero cuando Elías manda a esta mujer a hacerle una torta, ella le responde que solo tenía harina suficiente para una sola y era para ella y su hijo, que se la comerían y se echarían a morir porque era lo único que les quedaba.
Es evidente que la condición de esta mujer no era buena y ella no tenía intensiones de ayudar a Elías y más extraño es saber que ya el Señor había dado la orden pero la mujer no estaba en la condición de ayudar al profeta y mucho menos quería, me imagino la reacción de esta mujer al pedido del profeta, para ella que no lo reconoce en ese momento como un hombre de Dios pensaría » y acaso este hombre pretende que le de lo único que tengo…. pero si Dios está con él porque no lo ayuda…» así pensamos muchos de nosotros cuando alguien que está siguiendo al Señor está pasando un proceso en Dios, pero Elías no recibe el no de esta mujer sino que persiste y le vuelve a decir que le prepare primero a él la torta y luego la de ella y de su hijo porque entonces la harina no escasearía.
La promesa de esta mujer de no morir de hambre estaba atada en obedecer y creer que poniendo primero la Bendición de este hombre de Dios, esto le traería una Bendición mayor a ella y a su hijo, ella tuvo que decidir y decidió creer, bendijo a Elías y la harina se multiplicó y no cesó.
Que poderosa es esta Palabra, Elías no se conformó con el no de esta mujer ni tampoco se amedrentó por la condición que ella estaba pasando porque él conocía que hay bendiciones para aquellos que bendicen los ungidos de Dios.
Elías no se devolvió, no fue de nuevo a donde Dios a decirle » pero si tú me dijiste esto porque no acontece?», tampoco se puso a discutir con la mujer, él entendió que tenía que esforzarse y hacer que esta puerta se abriera, él insistió y empujó la puerta.
El sabía que el Señor había hablado y que iba acontecer lo que El le había dicho así que aunque la mujer no entendía que la Bendición de ella estaba atada a la Bendición de él, él se vio en la necesidad de patear la puerta para recibir su bendición y ser Bendición para ellos que necesitaban ser bendecidos y no entendían que era el Dios vivo quien andaba con él.
Muchas veces el Señor nos enviará a lugares donde no querrán abrirnos sus puertas y tendremos que volver a tocar e insistir y en muchos casos hasta patear la puerta y empujarla para poder hacer lo que el Señor nos mandó y hacer la obra que el Señor quiere en ese lugar.
Elías recibió el sustento de alimentos y techo que necesitaba pero la mujer que iba a morir junto a su hijo recibió mucho más, hay procesos en que tendremos que pelear nuestras bendiciones, lamentablemente hay muchas personas que no entienden la Bendición que es bendecir a un hijo é hija de Dios y más cuando este hijo ó hija está ungido por el mismo Dios con un propósito.
Todo esto lo permite el Señor para enseñarnos en estos casos a persistir, permanecer, resistir, pelear nuestras batallas, fortalecer nuestra Fe, arrebatar nuestras bendiciones porque lo que no nos cuesta no lo apreciamos, a Avanzar en lo espiritual para obtener otro nivel de unción, así que, asegúrate de que lo que estás peleando hoy fue Dios que te mandó porque cuando es El la puerta tarde ó temprano se abrirá y la harina nunca escaseará.
En todo llamado siempre el Señor lo dará bajo Su Palabra y en todo el proceso habrá provisión para la asignación y una unción de cobertura, así que verás milagro tras milagro cada día, caminarás en lo sobrenatural pero también tendrás guerras espirituales y muchas veces oposición y esta oposición solo acredita más que fue Dios que te mandó.
Confía en Dios y verás que esa puerta se abrirá y recuerda, que muchas veces tendrás que insistir y en muchos casos patear la puerta para poder poseer lo que es tuyo porque así lo decidió el Señor.
Bendiciones
Rosmarie Pérez
Mateo 11:12 Reina-Valera 1960
12 Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan.