POR ROSMARIE PÉREZ
Tengo esta palabra en mi espíritu hace varias semanas…
Escuchando una adoración con este mismo encabezado, el Espíritu Santo me trajo a memoria una visión que Él me enseñó en unos de esos momentos en que un proceso en que Él me entró, me había herido muy fuertemente…
Esa madrugada del año 2019 caminando hacia un trabajo que tenía en ese momento y que no tenía los recursos para llegar, decidí llegar caminando como muchas otras veces, eran muchas cuadras y por eso tenía que salir a las 4:30 am para poder llegar a las 6:00 am y comenzar…..
Caminando vi esa visión de mi misma, con una armadura de guerra pero sangrando… y la Palabra llegó a mí espíritu….. herida pero caminando….
Si, muchas veces estaremos sangrando caminando con Dios, si, muchas veces será con dolor que debemos servirle, pero eso no nos descalifica, no nos quita Su Presencia….
Si, caminaremos también con debilidades, quizás ataduras, pecados, pero aún así eso no nos descalifica, quizá la religión nos descalificará, ellos en todo tiempo nos señalarán, se mofarán supuestamente diciendo que “Dios les dijo” y nos dirán palabras como; “ estamos estancados, eres un casi cristiano, tienes siempre esa cara de limón agrio y amargura, no das frutos…”, cuantas cosas, pero gloria a Dios que la misma Palabra nos responde a esto, El que esté libre de pecado que tire la primera piedra…”, Juan 8:7.
Muchas veces se nos olvida que una Iglesia es un hospital y que cada uno de los que estamos en la Iglesia estamos enfermos de algún pecado y que estamos recibiendo un tratamiento, la Palabra de Dios.
Gloria a Dios por los que se sanan de una vez, pero mientras nos mantengamos en la Iglesia aunque quizás llevamos años y no se nos vea la cura, algo Dios está haciendo en nosotros….
La mujer de flujo de sangre duró 12 años con esta enfermedad, gastó todo lo que tenía para sanar, oraba pero no sucedía nada, pero escuchó hablar de Jesús y algo en su interior se despertó, “ si pongo mi mano en el borde de ese manto seré salva…” mateo 9:20-22, ella solo necesito ese encuentro con Jesús…
Sin embargo, la mujer Cananea necesitó insistirle a Jesús varias veces y enfrentar su no, pero ella no se dio por vencida, ella recibió el milagro, su hija fue liberada de un demonio que la oprimía, mateo 15:21-28.
Pero también está la viuda en Lucas 18:1-8, que nos enseña a que no todo se nos entrega fácilmente, que muchas veces tendremos que persistir y permanecer orando y clamando delante de Dios para ver Su respuesta.
Tenemos el ejemplo de Abraham, él esperó 25 años para recibir su milagro, su hijo Isaac, tenemos a un David, que después de ser ungido para ser rey, vivió una persecución por casi 15 años para ser rey de Israel.
Y sobre todo, tenemos a José, un joven con una gran promesa, pero un camino de dolor que atravesar, rechazado por sus hermanos, acusado falsamente, encarcelado en una cárcel injustamente, pero a pesar de todo ese dolor siguió caminando, herido pero caminando, herido pero dando lo mejor de él, herido pero ayudando a otros, herido pero bendiciendo hasta aquellos que los traicionaron, le dieron la espalda y le levantaron injurias.
No es fácil el camino de servirle al Señor Jesús, no lo será, Él mismo fue crucificado por los mismos que sano y ayudó, sin embargo por su heridas nosotros hoy podemos ser sanados, Isaías 53:5, su herida es que nos sana, nos libera, nos limpia….fue su entrega en la Cruz siendo inocente, que hoy podemos ser llamados hijos de Dios cuando lo recibimos al Él, Juan 1:12-13.
En medio del dolor es difícil seguir caminando, pero Él está ahí para sostenernos, para darnos fuerza y seguir creyendo, esa herida puede seguir sangrando por muchos años y pareciera que Él no nos quisiera sanar, pareciera en momentos que solo nacimos para sufrir, pero hoy te digo: Sigue caminando, no te detengas, Él no te ha dejado, es un proceso de curación largo pero sucederá, Él lo hará.
Muchas veces me he querido rendir, pero un fuego en mis huesos no me deja… así como dijo el profeta Jeremías, “ No me acordaré más de Él, ni hablaré más en Su nombre; no obstante, había en mi corazón como un fuego ardiente metido en mis huesos; traté de sufrirlo, y no pude” , Jeremías 20:9.
Mantente fiel en medio del dolor, mantén tú esencia, sigue sirviendo, sigue ayudando, sigue bendiciendo aún aquellos que no se lo merecen y déjalo todo en las manos de Dios, que Él oye y escucha todo, a Su tiempo Él hará.
Esa herida que parece que no tiene cura, que muchas veces te ha hecho detener por el dolor tan fuerte, que has querido rendirte y dejarlo todo, está sanando, poco a poco, no te has dado cuenta, pero cada día el dolor es menos.
Su amor es la cura, y ese amor te está sanando, te está restaurando, tú cura ha tomado tiempo porque contigo Él está haciendo algo diferente, Él quiere levantarte como un testimonio vivo, para sanar a través de ti a un pueblo que ha perdido la esperanza completamente.
Él mostrará que así como lo hizo contigo lo hará con ellos, y puedes confiar en que vas a sonreír y vas a entender la razón de tantos procesos, Su luz brillará sobre ti y todo ojo lo verá y dará Gloria a Dios por su amor y misericordia.
Gracias Padre, se que las personas que leerán este escrito serán sanadas con estas palabras porque Tú Santo Espíritu tocará sus corazones y serán sanas sus heridas en el nombre de Jesús…..
Filipenses 4:13
Reina-Valera 1960
13 Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.






