Juancito Rodríguez como productor teatral ratifica su valentía de acometer proyectos teatrales demandantes, en los cuales danzan la alegría, la desacralización y los grandes temas sociales del momento.
Por José Rafael Sosa
Aun cuando su tema es previsible en su desarrollo argumental, debido a que tiene base en lineamientos conocidos, ése que desacraliza la mística del mundo de las princesas, para apoyarse en sus lineamientos dramáticos y ofrecer al público un divertido cuestionamiento aterrizado en poner en relieve —entre risas y risas— un tema tan serio como el concepto que tiene la sociedad de la salud mental.
Confieso que como crítico guardo un respeto enorme por Juancito Rodríguez, a quien conocimos como actor y nos dio el “pálpito” de que su rol no quedaría en las tablas, como al efecto.
Hoy día es un productor fundamental de nuestro teatro, investigador y degustador de todo el teatro que puede ver, sea en Santo Domingo, Santa Fe, de Bogotá, NY o La Gran Vía, de Madrid.
Lo que ha logrado Juancito Rodríguez como productor teatral con 12 princesas en guerra, es ratificar su valentía de acometer proyectos teatrales demandantes, con multiplicidad de intérpretes (para este caso, todas mujeres), desarrollar una labor de meses en lo que se desarrollan los ensayos y se lograba el magnífico patrocinio que exhibe en su programa de mano.
El proyecto es más que una oferta para pasar una hora y 40 minutos de divertimento, porque no se trata solo de la risa por la risa misma.
Las princesas, reunidas en el palacio de la Cenicienta, impactan con frescura, carisma y picardía (a veces más picardía de la necesaria) Jenny Blanco, Madison Díaz, Judith Rodríguez, Paula Ferry, Melissa Santos, Lía Briones, Irina Peguero, Ramcelis de Jesús, Yorlla Castillo, Martha Cabral, Johanna González y María Tavárez. Todas se encuentran lucidas y sin lucha de egos para resaltar una sobre las demás.
El montaje con estas mujeres concita diversión y conciencia, por la vía de la coordinación de sus talentos, la química que logran.
El recurso de juntar los personajes de Disney y otras dimensiones propaladas por el cine, para descubrir quienes en realidad son esas figuras estereotipadas por los medios y que nos vendieron una mentira que, ahora, queda en evidencia.
El recorrido temático que incluye verdades sobre el matrimonio, la condición social de cada una de las 12 princesas y un tema neurálgico de la salud mental, todo engarzado en una secuencia bien sostenida de buen humor, se ocupan de resto de las acciones para sentirse satisfechos al final del montaje. Las princesas son acompañadas por el representante urbano Nipo809, alternado risas, baile, llanto y reflexión.
La obra, original del mexicano de Quecho Muñoz, tiene doce años en cartelera y está llegando ya a las 850 representaciones.
Este es el tipo de montaje, que debería tener asegurados, mejores escenarios (los más populares y accesibles), la mayor facilidad de tarifa para el público, ya que dos mil pesos no es chiste ni un precio popular, pero es el costo calculado para un montaje múltiple en talentos y con un mayor número de funciones.
Se debe ofrecer un reconocimiento especial al apoyo que logró el montaje en patrocinios de empresas que invirtieron en respaldar un proyecto bueno y válido.
Ficha Técnica:
Título: 12 princesas en guerra
Autor: Quecho Muñoz
Dirección: Johnnié Mercedes
Escenografía: Fidel López
Maquillaje: Francis de la Crúz.
Vestuario: Melany Mijares.
Elenco: Jenny Blanco, Madison Díaz, Judith Rodríguez, Paula Ferry, Melissa Santos, Lía Briones, Irina Peguero, Ramcelis de Jesús, Yorlla Castillo, Martha Cabral, Johanna González y María Tavárez.