El discurso de rendición de cuentas que el presidente Luis Abinader acaba de pronunciar, constituye una proclama de corte releccionista, repleto de manipulaciones estadísticas, lleno de exageraciones, de verdades a medias, así como de informaciones fuera de contexto, expresó el bloque de Senadores y Diputados de la Fuerza del Pueblo.
Manifestaron: “El presidente Abinader ha sostenido que ahora los dominicanos podemos comprar más que antes. Sin embargo, la realidad es que afrontamos una de las inflaciones más altas de nuestra historia, lo cual ha llevado a los precios más altos de nuestra historia reciente al pollo, al plátano, el arroz, las habichuelas, el aceite y las carnes de cerdo y res.
Fue un grave error del presidente Abinader referirse a un supuesto index del pollo y del plátano, cuando lo cierto es que ahora resulta más difícil que antes cubrir los alimentos de la canasta básica familiar.
Le pedimos al presidente Abinader que abandone la ilusión del index y aterrice a la realidad nacional saliendo en apoyo de las personas más desfavorecidas y restableciendo el programa “Comer es primero” que se creó durante las gestiones de gobierno del presidente Leonel Fernández.
En su rendición de cuentas, el presidente de la República, lo que ha hecho es repetir las mismas promesas que hiciera desde su toma de posesión. Dos años y medios después, es ahora que informa que se va proceder a la licitación para la construcción de la carretera del ámbar que conectaría a Santiago con Puerto Plata.
La generalidad de los proyectos a los que hace referencia se encuentra en una etapa inicial, con notables retrasos y paralizaciones en muchos lugares. De Samaná a las Galeras, por ejemplo, lo que ha habido es una destrucción de la carretera que había, dejándola, por más de dos años, en situación intransitable. Lo mismo en Pimentel, donde se destruyó su calle principal para dejarla abandonada durante los últimos dos años.
La ineficiencia del gobierno en materia de desarrollo de infraestructura ha sido de tal magnitud que hasta la reciente inauguración de la circunvalación de Azua está incompleta con relación a su diseño original.
De Manzanillo, Punta Bergantin, de la Circunvalación de San Francisco de Macorís, de las extensiones de la UASD y de muchas otras obras, se trata de repeticiones de promesas incumplidas.
En materia de educación, el presidente Abinader obvió señalar que en la actualidad el 62% de los niños a 10 años de edad, no comprenden lo que leen, lo que significa una grave crisis del sistema de aprendizaje en nuestro país.
No hizo referencia a los hospitales y clínicas de San Francisco de Macorís, San Pedro, Santo Domingo Norte, San José de las Matas, Dajabón, el Seibo y otros lugares, en los cuales, desde el inicio de su administración, ha sembrado la esperanza de que serían remodelados o construidos, y dos años y medio después, lo que el actual gobierno ofrece es la reiteración de sus promesas incumplidas.
Para el presidente Abinader no existe la inseguridad ciudadana. Para él, los índices de homicidios, de tráfico ilícito de drogas y delincuencia generalizada, simple y llanamente han desaparecido del escenario nacional, debido a una presunta eficiencia de su gestión de gobierno que hasta ahora nadie en el país ha descubierto.
Con respeto al tema haitiano, el presidente puso énfasis especial y una particular energía en su entonación, para tratar de encubrir el traspié cometido con el envío de un proyecto de ley, lesivo al interés nacional, a nuestra integridad territorial y soberanía, sobre trata de personas y tráfico ilícito de migrantes, que procuraba crear una especie de paraíso, financiado con nuevos impuestos, a favor de quienes se encontrasen, debido a esas circunstancias, en territorio nacional.
En fin, una pieza presidencial de rendición de cuentas, realizada con mucho dramatismo, casi en forma teatral, que pone de relieve el carácter cosmético que ha caracterizado su gestión de gobierno.