Santo Domingo, República Dominicana. En su reunión de política monetaria del mes de diciembre de 2020, el Banco Central de la República Dominicana (BCRD) decidió mantener su tasa de interés de política monetaria en 3.00 % anual. De este modo, la tasa de la facilidad permanente de expansión de liquidez (Repos a 1 día) permanece en 3.50 % anual y la tasa de depósitos remunerados (Overnight) en 2.50 % anual.
La decisión sobre la tasa de referencia se basa en el análisis exhaustivo del impacto del COVID-19 sobre la actividad económica y la evolución futura de la inflación. En particular, la variación mensual del Índice de Precios al Consumidor en noviembre fue de 0.60 %, mientras que la inflación acumulada durante los primeros once meses del año fue 5.05 %. Por otro lado, la inflación interanual, es decir, de noviembre de 2019 a noviembre de 2020, alcanzó 5.26 %, situándose ligeramente por encima del límite superior de la meta de 4.0 % ± 1.0 %, influenciada por choques de costos que han afectado la oferta de algunos alimentos como resultado del impacto rezagado de la sequía a inicios de año y posteriormente de las tormentas Isaías y Laura, además del incremento de insumos importados y del aumento en las tarifas de fletes y transporte.
Es importante destacar que la inflación subyacente, que excluye los componentes más volátiles de la canasta básica, se ubica en 4.61 % en noviembre, dentro del rango meta. Hacia adelante, el sistema de pronósticos del BCRD señala que, debido a los choques transitorios de oferta, la inflación se ubicaría de forma temporal por encima del rango meta durante los primeros meses del año 2021, para luego converger al centro de la meta de 4.0 % ± 1.0 %.
Asimismo, las expectativas de inflación de los agentes económicos para el mediano plazo se mantienen ancladas al centro de meta, lo que, junto a la fortaleza de los fundamentos macroeconómicos, otorga el espacio para que el Banco Central mantenga condiciones monetarias favorables con el propósito de continuar apoyando la reactivación gradual de la actividad económica.
El entorno internacional sigue presentando un panorama complejo, asociado al ritmo de propagación del COVID-19 a nivel global. No obstante, las informaciones más recientes señalan una mejoría en la actividad económica mundial, así como una mayor certidumbre en los mercados internacionales ante el inicio de los programas de vacunación en múltiples países. En ese sentido, el Consensus Forecast (CFC) continúa revisando al alza sus perspectivas de crecimiento global, estimándose una contracción de -4.2 % para 2020 y un crecimiento de 4.8 % para 2021.
En Estados Unidos de América (EUA), nuestro principal socio comercial, se comienzan a observar señales positivas que apuntan a una recuperación más rápida de lo previsto en el presente año, registrándose una caída interanual de -2.9 % en el tercer trimestre, es decir, comparando julio-septiembre de 2020 con el mismo período del año anterior, lo cual representa un avance importante desde la contracción de -9.0 % del segundo trimestre del año.
En efecto, las perspectivas para la economía de EUA son cada vez menos pesimistas, proyectándose una variación de -3.6 % para 2020 y un crecimiento de 4.0 % en 2021, según Consensus.
La Reserva Federal se mantiene aplicando medidas monetarias expansivas, esperándose que la tasa de fondos federales se mantendría en el rango de 0.0 % y 0.25 % anual hasta el 2022, a la vez que implementa programas de flexibilización cuantitativa para incentivar el crédito.
Adicionalmente, se aprobó un nuevo plan de estímulo fiscal por unos US$900 mil millones, que permitirá la extensión de las transferencias sociales a las familias, facilidades de apoyo para la MIPYMES y mayor inversión en salud y educación, entre otras medidas, que contribuirán a un mayor dinamismo de la economía estadounidense.
En cuanto a la Zona Euro, se proyecta que la pandemia provocará un mayor deterioro en este bloque de países con una disminución de -7.3 % en 2020, afectada por el restablecimiento de medidas de confinamiento, mientras que para 2021 se espera una expansión de 4.7 %. Frente a esta coyuntura, el Banco Central Europeo mantiene en -0.50 % anual la tasa de depósitos de corto plazo (Overnight), mientras implementa un amplio programa de provisión de liquidez a través de la compra de títulos públicos y privados en el mercado secundario, así como operaciones de refinanciamiento de largo plazo incentivando el flujo de crédito a los hogares y empresas en condiciones favorables.
En América Latina, las perspectivas económicas se han debilitado al estimarse una contracción regional de -7.3 % para 2020, influenciada por el alto nivel de propagación del COVID-19 en los países de mayor tamaño, por la ralentización en los flujos comerciales y de turismo, así como por el impacto de varias tormentas en la región de Centroamérica. Para 2021, las previsiones de Consensus apuntan a una expansión de 4.2% para la región. En este contexto adverso, los bancos centrales latinoamericanos han disminuido de forma generalizada sus tasas de política monetaria y continúan implementando paquetes significativos de estímulo monetario, a través de programas de provisión de liquidez y de financiamiento al sector privado.
En relación con las materias primas, el precio del petróleo intermedio de Texas (WTI) se situó en torno a US$47 dólares el barril durante el mes de diciembre, registrando una tendencia al alza asociada a mayor demanda como resultado de las perspectivas de repunte de la economía mundial.
No obstante el incremento en los últimos meses, durante el año 2020 el precio promedio del WTI se ubicó alrededor de US$40 dólares el barril, por debajo de lo contemplado originalmente en el Presupuesto Nacional de unos US$60 por barril. Por otro lado, el precio del oro se mantiene elevado, ubicándose por encima de los US$ 1,800 dólares por onza troy, al ser utilizado como refugio de valor en un contexto de alta incertidumbre.
En ese sentido, la dinámica de los precios de estos bienes primarios ha sido más favorable a lo inicialmente previsto para este año, lo que ha beneficiado los términos de intercambio de la República Dominicana a través de una menor factura petrolera y del incremento en el valor de las exportaciones de oro.
En el entorno doméstico, las informaciones más recientes del Índice Mensual de Actividad Económica (IMAE) señalan que se continúa afianzando el proceso de recuperación, al registrar una variación de -3.4 % interanual en el mes de noviembre, una mejoría sustancial respecto a la caída observada en el mes de abril (-29.8 %), es decir, una contracción nueve veces menor al punto más crítico de la crisis. De esta forma, el crecimiento económico acumulado durante el período enero-noviembre se ubicó en -7.3 %.
Los modelos de pronósticos prevén que la actividad económica continuaría fortaleciéndose progresivamente, al estimarse que el crecimiento durante 2021 podría ubicarse en torno a 6.0 %, por encima del ritmo potencial, apoyada en el esfuerzo coordinado de las políticas monetaria y fiscal.
En efecto, el Banco Central ha implementado un programa de estímulo monetario a través de la reducción en 150 puntos básicos en la tasa de política monetaria desde marzo y medidas para incentivar el crédito al sector privado. En particular, del total de las facilidades de liquidez en moneda nacional por unos RD$ 190 mil millones (más del 4 % del PIB), se han canalizado más de RD$164 mil millones a los hogares y los sectores productivos, especialmente para el comercio y las MIPYMES, a través de unos 66,000 préstamos.
Como resultado de las medidas monetarias, se ha registrado una reducción de más de 300 puntos en la tasa de interés activa promedio ponderado de los bancos múltiples, que pasó de 13.3% en marzo a aproximadamente 9.8 % en diciembre, manteniendo niveles históricamente bajos en los últimos meses. Asimismo, el crédito privado en moneda nacional se expande de forma interanual en torno a 9.0 % al cierre de diciembre, exhibiendo una de las tasas de crecimiento más altas de la región.
Es importante resaltar que en los últimos meses se ha observado una tendencia positiva en las recaudaciones tributarias que, junto a la colocación de bonos en los mercados internacionales y a la operación reciente de manejo de pasivos externos realizada por el Ministerio de Hacienda, ayudarán a continuar enfrentando los enormes retos de la crisis sanitaria.
En ese sentido, el Gobierno ha complementado el plan de estímulo monetario con un paquete de medidas fiscales, que incluyen el incremento del gasto a los sectores salud y educación, así como los programas sociales orientados a preservar el empleo y mitigar el impacto sobre los sectores más vulnerables.
En adición, recientemente se han puesto en marcha distintos planes de apoyo a los sectores productivos, tales como el turismo, la agricultura, la industria y las exportaciones, además del inicio de importantes proyectos de infraestructura y otros proyectos estratégicos que se estarán ejecutando a través de las Alianzas Público-Privadas.
En el sector externo, se destaca la mejoría progresiva que se ha observado recientemente en el flujo de divisas, asociada principalmente al alto dinamismo que mantienen las remesas familiares, al expandirse de forma interanual en 27.0 % en noviembre, y a la recuperación en las exportaciones durante los últimos meses, compensando parcialmente el impacto negativo que ha tenido la pandemia sobre el turismo.
En adición, el repunte previsto de la economía de Estados Unidos para el 2021 y la extensión de los programas sociales en ese país contribuirán a que las remesas y las exportaciones continúen mostrando un buen desempeño durante el próximo año.
Asimismo, se proyecta que la inversión extranjera directa alcanzaría unos US$2,500 millones durante 2020, cercano a su promedio de la última década, reflejando la confianza de los inversionistas en la resiliencia de la economía dominicana.
Por otro lado, es importante resaltar el fortalecimiento que han tenido las reservas internacionales al ubicarse en torno a los US$10,620 millones para el cierre de 2020, su nivel más alto en la historia monetaria del ente emisor. Este nivel extraordinario de reservas internacionales equivale a una cobertura de 13.5 % del PIB y unos 6.5 meses de importaciones, superando las métricas recomendadas por el Fondo Monetario Internacional de 10 % del PIB y 3 meses de importaciones, lo que facilita que el Banco Central pueda seguir contribuyendo a mantener la estabilidad relativa del tipo de cambio ante un convulso entorno internacional.
El Banco Central de la República Dominicana reafirma su compromiso de conducir la política monetaria hacia el logro de su meta de inflación y el buen funcionamiento de los sistemas financiero y de pagos, preservando bajos niveles de inflación y manteniendo la estabilidad relativa del tipo de cambio.
En ese sentido, la institución se mantendrá dando especial seguimiento al impacto del COVID-19 sobre la economía dominicana, encontrándose preparada para continuar reaccionando de forma oportuna ante factores que puedan poner en riesgo el objetivo de inflación y afectar la estabilidad macroeconómica.